Leemos en Economía Circular un interesante artículo sobre el sistema alimentario que ha presentado la Comisión Europea como estrategia de biodiversidad.

Tomate en rama

El 20 de mayo la Comisión Europea presentó la Estrategia sobre Biodiversidad, y la esperada Estrategia “de la granja a la mesa, la cual pretende garantizar un sistema alimentario sólido, plenamente sostenible y resiliente que funcione en todas las circunstancias y que sea capaz de dar acceso a los ciudadanos a un suministro suficiente de alimentos a precios asequibles.

Objetivos “de la granja a la mesa”:

  • Reducción del 50 % en el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos y del 50 % en el uso de los plaguicidas más peligros de aquí a 2030.
  • Reducción de las pérdidas de nutrientes en un 50 % como mínimo, garantizando que no se deteriore la fertilidad del suelo. Esto reducirá el uso de fertilizantes en al menos un 20 % de aquí a 2030.
  • Reducción del 50 % de las ventas de antimicrobianos para animales de granja y para la acuicultura de aquí a 2030.
  • Uso del 25 % de las tierras agrícolas para la agricultura ecológica de aquí a 2030.
  • Todas las zonas rurales tengan acceso a internet de banda ancha rápida para 2025, a fin de permitir la innovación digital.

Revisión de la legislación sobre los plaguicidas

Por la experiencia adquirida con la aplicación de la Directiva sobre el uso sostenible de los plaguicidas, es evidente que pueden tomarse medidas adicionales para reducir el riesgo y el uso globales de plaguicidas fomentando prácticas de gestión integrada de plagas con el fin de garantizar que se utilizan métodos sostenibles, biológicos, físicos o de otros tipos no químicos y plaguicidas de bajo riesgo para la protección de los cultivos. Con objeto de allanar el terreno para las alternativas y mantener los ingresos de los agricultores, la Comisión adoptará varias medidas, como revisar la Directiva sobre el uso sostenible de los plaguicidas, mejorar las disposiciones relativas a la gestión integrada de plagas (GIP) y promover un mayor uso de métodos alternativos seguros para proteger las cosechas de plagas y enfermedades. La Comisión también facilitará la introducción en el mercado de plaguicidas que contengan sustancias activas biológicas y reforzará la evaluación del riesgo de los plaguicidas para el medioambiente.

Los indicadores existentes proporcionan información sobre las ventas de plaguicidas, pero también los clasifican por riesgo, lo que permite medir anualmente los progresos realizados en la consecución de los objetivos. Para perfeccionar ese enfoque, la Comisión desarrollará nuevos indicadores y propondrá cambios en el Reglamento de 2009 relativo a las estadísticas sobre plaguicidas.

Los Estados miembros tendrán que adoptar medidas ambiciosas y de amplio alcance para aplicar plenamente la legislación vigente sobre contaminación por nutrientes (N, P), a fin de evitar las fugas de nutrientes asociadas que contaminan el aire y el agua, llegando a ser perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente. La Comisión desarrollará junto con los Estados miembros un plan de acción de gestión integrada de nutrientes para reducir y prevenir la contaminación por el uso excesivo de fertilizantes y para fomentar el reciclado de nutrientes procedentes de distintas formas de residuos orgánicos como fertilizantes. Esto contribuirá a lograr la «aspiración a una contaminación cero» del Pacto Verde de la UE.

Para limitar aún más la utilización y promover el uso prudente y responsable de antimicrobianos en animales, los nuevos reglamentos sobre medicamentos veterinarios y piensos medicamentosos, que serán aplicables a partir de 2022, establecerán una amplia gama de medidas concretas. Su impacto sobre el terreno reducirá el uso de antimicrobianos en animales de granja, y las ventas se someterán a un seguimiento anual.

Para alcanzar el objetivo de la agricultura ecológica en la UE, es fundamental garantizar el desarrollo económico sostenible del sector y fomentar la demanda. Además de las medidas de la política agrícola común (PAC), como los regímenes ecológicos, las inversiones y los servicios de asesoramiento, y de las medidas de la política pesquera común (PPC), la Comisión presentará un plan de acción sobre agricultura ecológica. Esto ayudará a los Estados miembros a estimular tanto la oferta como la demanda de productos ecológicos y garantizará la confianza de los consumidores mediante campañas de promoción y gracias a la contratación pública ecológica.

Su impacto en la agricultura

La Comisión Europea reconoce el papel crucial que desempeñan los agricultores, los pescadores y los acuicultores en la aplicación del Pacto Verde. La estrategia “de la granja a la mesa” tiene por objeto recompensar a los agricultores, pescadores y otros operadores de la cadena alimentaria que ya hayan superado la transición hacia prácticas sostenibles, facilitar la transición para los demás y crear oportunidades adicionales para sus empresas. Las expectativas de los ciudadanos están evolucionando e impulsan cambios significativos en el mercado alimentario.

La alimentación europea ya se considera una norma mundial para alimentos que son inocuos, abundantes, nutritivos y de alta calidad. Esta transición les permitirá hacer de la sostenibilidad su marca y garantizar el futuro de la cadena alimentaria de la UE. La transición a la sostenibilidad representa la oportunidad de ser «pioneros» para todos los agentes de la cadena alimentaria. Un ejemplo de nuevo modelo de negocio ecológico es la captura de carbono por agricultores y silvicultores. Las prácticas agrícolas que eliminan el CO2 de la atmósfera contribuyen al objetivo de neutralidad climática y deben ser recompensadas, ya sea mediante la política agrícola común (PAC) o con otras iniciativas públicas o privadas (mercado del carbono).

La PAC seguirá siendo un instrumento clave para apoyar a los agricultores en la transición hacia un sistema alimentario sostenible. La propuesta de reforma de la PAC de 2018 ya se centra en la sostenibilidad y vincula estrechamente el apoyo de la PAC a la legislación en materia de medio ambiente, clima e inocuidad de los alimentos.

Incluye herramientas clave para alcanzar los objetivos del Pacto Verde. Los nuevos «regímenes ecológicos» ofrecerán una importante fuente de financiación para impulsar las prácticas sostenibles, como la agricultura de precisión, la agroecología (incluida la agricultura ecológica), la creación de elementos paisajísticos, la captura de carbono en suelos agrícolas y la agrosilvicultura. Los Estados miembros y la Comisión tendrán que garantizar que los planes estratégicos proporcionan los recursos adecuados y aplican estos regímenes ecológicos. La Comisión apoyará la introducción de un presupuesto mínimo compartimentado para los regímenes ecológicos. Además, trabajará con los colegisladores para garantizar que la aspiración del Pacto Verde se refleje plenamente en la legislación de la nueva PAC.

La Comisión también formulará recomendaciones relativas a los nueve objetivos específicos de la PAC para cada uno de los Estados miembros antes de que presenten oficialmente sus respectivos proyectos de plan estratégico. Prestará especial atención a la consecución de los objetivos del Pacto Verde, así como a los derivados de la presente estrategia y de la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030. Pedirá a los Estados miembros que establezcan valores nacionales explícitos para los objetivos de ambas estrategias, teniendo en cuenta su situación específica y las recomendaciones antes mencionadas.

Además del importante apoyo del próximo Fondo Europeo Marítimo y de Pesca para la acuicultura de alimentos marinos sostenible, la Comisión prevé adoptar orientaciones de la UE para los planes de desarrollo sostenible de la acuicultura de los Estados miembros y fomentar el tipo adecuado de gastos con cargo al Fondo.

Alimentos saludables y sostenibles: la elección por la que se debieran decantar los consumidores

Según la Comisión Europea, los propios consumidores también pueden influir en el tipo de alimentos que se producen (y la manera en que se producen), así como en su origen. Los ciudadanos quieren una alimentación saludable de un planeta sano y merecen información clara que les permita tomar decisiones con conocimiento de causa. Con objeto de alentar a la industria alimentaria a ofrecer alimentos sanos y sostenibles, la Comisión propondrá el etiquetado obligatorio sobre propiedades nutritivas en la parte frontal de los envases y pondrá en marcha iniciativas para estimular la reformulación de los productos, entre otras cosas, estableciendo perfiles nutricionales para restringir la promoción (alegando propiedades nutricionales o saludables) de alimentos con alto contenido en grasas, azúcares o sal. Considerará la posibilidad de proponer la ampliación a determinados productos de las indicaciones de origen o de procedencia obligatorias, teniendo plenamente en cuenta el impacto para el mercado único.

Además, la Comisión examinará la posibilidad de armonizar las declaraciones ecológicas voluntarias y creará un marco de etiquetado de alimentos sostenibles que incorpore los aspectos nutricional, climático, medioambiental y social. Con objeto de mejorar la disponibilidad y el precio de los alimentos sostenibles y promover dietas saludables y sostenibles, que incluyan productos ecológicos, en las escuelas y las instituciones públicas, la Comisión determinará las mejores modalidades para establecer criterios mínimos obligatorios para la adquisición de alimentos sostenibles.

Paralelamente, la UE intensificará la lucha contra el fraude alimentario a fin de lograr unas condiciones de competencia equitativas para los operadores y reforzar las facultades de las autoridades de control y vigilancia.

Objetivos vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos

La Comisión procurará ampliar la actuación en toda la UE, movilizando a los Estados miembros, las empresas alimentarias y la sociedad civil, especialmente mediante la labor de la Plataforma de la UE sobre pérdidas y desperdicio de alimentos, y fomentando que todos los agentes apliquen sus recomendaciones de actuación. Guiada por la determinación de cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de reducir a la mitad, de aquí a 2030, el desperdicio de alimentos per cápita en el comercio minorista y por los consumidores, la Comisión propondrá objetivos jurídicamente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos en toda la UE de aquí a 2023. Estos objetivos se definirán respecto a una base de referencia establecida con arreglo al primer procedimiento de supervisión en toda la UE de los niveles de residuos alimentarios, medidos con arreglo a una metodología común de la UE. La Comisión estudiará oportunidades adicionales para integrar la prevención de la pérdida y el desperdicio de alimentos en todas las políticas pertinentes de la UE y tomará medidas para reforzar las pruebas que sirvan de base para las intervenciones de prevención del desperdicio de alimentos.

Una transición hacia sistemas alimentarios sostenibles

La Comisión Europea espera que esta Estrategia “de la granja a la mesa” promueva una transición global hacia sistemas alimentarios sostenibles.

Mediante la cooperación internacional, tanto bilateral como multilateral, la UE fomentará prácticas agrícolas y pesqueras más sostenibles, reducirá la deforestación, aumentará la biodiversidad y mejorará los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición. La Comisión incorporará estas prioridades de la Estrategia «de la granja a la mesa» en las orientaciones de programación para la cooperación con terceros países en el período 2021-2027. Los acuerdos comerciales bilaterales de la UE también ofrecen un medio para promover las normas medioambientales de la UE en terceros países, además de las normas de seguridad alimentaria. Muchos acuerdos bilaterales ya incluyen capítulos sobre comercio y desarrollo sostenible, así como sobre comercio y medioambiente. Algunos contienen disposiciones sobre aspectos como el bienestar de los animales durante el sacrificio o el uso de antimicrobianos.

La Comisión forjará alianzas verdes sobre sistemas alimentarios sostenibles para responder a retos específicos en distintas partes del mundo y buscará resultados ambiciosos en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021. Por último, la Comisión propondrá establecer un marco legislativo para los sistemas alimentarios sostenibles, combinado con el etiquetado u otros incentivos, que podría contribuir a reforzar los niveles de sostenibilidad y estaría destinado a ser la norma general para todos los productos introducidos en el mercado de la UE.

 

Fuente: Economía Circular

 
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