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Para la Agencia Europea de Medio Ambiente, Europa está haciendo grandes avances en distintos ámbitos con el fin de caminar hacia una economía circular. Uno de ellos sería la confirmación de que Europa consume menos energía y menos combustibles fósiles, gracias al ahorro de energía y la utilización, más rápida de lo previsto, de energías renovables. Sería la principal conclusión del estudio La energía en Europa: situación actual, de la propia AEMA. En la década de 2005-2015, la proporción de energías renovables en el consumo de energía de la UE prácticamente se duplicó, pasando del 9% a cerca del 17 %.

La mayor parte de la energía que se consume en la UE sigue procediendo de los combustibles fósiles (72,6 % por lo que respecta a consumo interior bruto en 2015), aunque su proporción en el conjunto de fuentes energéticas no ha dejado de descender.

Producción de electricidad

Según el estudio La energía en Europa: situación actual, la sustitución del carbón y el petróleo por alternativas más limpias contribuye a reducir, significativamente, la emisión de gases de efecto invernadero en sectores muy ligados al consumo de electricidad en particular. Esto ayuda a la transición energética que hay en curso en Europa, por la que se pasa de un sistema de energía basado principalmente en combustibles fósiles a otro basado en fuentes de energía renovables y limpias.

Las energías renovables han crecido con rapidez desde 2005

Con arreglo a los datos de Eurostat más recientes, en relación con el consumo final bruto de energía, la proporción de energía procedente de fuentes renovables aumentó casi al 17% en 2015, frente al 9% de 2005. Este es uno de los indicadores principales de la estrategia Europa 2020, que establece la meta del 20% del consumo final bruto de energías renovables para esa fecha.

El uso de los recursos en una economía circular

Según el informe, los recursos usados en una economía circular, con independencia del combustible elegido para cubrir las necesidades energéticas, son suelo, agua, minerales, madera y energía. En el caso de los combustibles fósiles, el acceso a nuevas reservas y su extracción exigiría la utilización de fondos privados y públicos para construir nuevas instalaciones en tierra firme y en el mar, centrales eléctricas y refinerías, conductos para transportarlas, etc.

Un uso más eficiente de todos los recursos (evitando residuos, reutilizando y reciclando) podría ayudar a reducir la necesidad global de energía. En definitiva, utilizamos la energía para obtener alimentos y productos de consumo; cada vez que los tiramos, desperdiciamos los recursos energía, agua, suelo y mano de obra utilizados para producirlos y llevarlos hasta el consumidor.

 

Fuente: Fundación para la economía circular.

 

 
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