Apax Partners prepara su puja para hacerse con la que se postula como la operación del año: Ferrovial Servicios, valorado en una horquilla de entre 2.500 millones y 3.000 millones de euros. Según han explicado fuentes financieras a elEconomista, la gestora se está acercando a varios asesores para analizar las posibilidades que tiene y los contrincantes a los que se enfrentará en este proceso.
En la actualidad, Apax solo cuenta con dos participadas en España: el distribuidor de material eléctrico Electro Stock y el portal de vivienda Idealista, en el que entró en el año 2016. La primera, según adelantó este diario, se encuentra en proceso de desinversión, para el que la gestora británica está buscando asesores para que coordinen la venta, valorada en torno a 80 millones de euros.
Ferrovial encargó en otoño el cuaderno de venta a Goldman Sachs, que lo ha ido perfilando en los últimos meses. No obstante, su desarrollo ha estado supeditado a los problemas de su filial Amey con el Ayuntamiento de Birmingham y a la complejidad del entramado societario que conforma la división. La entidad estadounidense ha abierto el proceso para recibir ofertas por la totalidad del negocio de servicios, que es la prioridad de la compañía que preside Rafael del Pino, pero también por las diferentes unidades que se distribuyen en distintas geografías como España, Portugal, Australia, Estados Unidos, Chile, Polonia y Reino Unido. El objetivo último es optimizar el valor de los activos.
Según las mismas fuentes, el proceso va a estar dirigido principalmente a grandes fondos de capital privado internacionales, ya que son los que más pulmón financiero tienen para ejecutar esta operación. Además de Apax, otras fuentes del sector apuntan a Pai Partners que ya trató de hacerse con esta compañía tiempo antes de que Ferrovial se decidiera a lanzar el proceso, como reveló este diario, Apollo o Lone Star, entre otros. A estos habría que sumar también otros competidores financieros especializados en el negocio de las infraestructuras, como algunos fondos canadienses o asiáticos. Entre los grupos industriales se apunta al posible interés de firmas francesas y chinas, si bien se acotaría a alguna de las partes en que se distribuye la división.
Rafael del Pino indicó en la junta de accionistas de Ferrovial que se celebró el pasado 5 de abril, que el proceso de venta estará cerrado en torno al próximo verano. No obstante, el proceso sigue muy pendiente de lo que puedan deparar las negociaciones entre Amey y el Ayuntamiento de Birmingham. La última propuesta de la filial inglesa se eleva hasta los 300 millones de libras (casi 350 millones de euros). Mejora sensiblemente la que el consistorio rechazó hace poco más de un mes, cuya cuantía total ascendía a 245 millones de libras (más de 280 millones de euros). La pretensión del grupo español es abandonar un contrato por el que lleva desde 2017 sin cobrar.
Autorizaciones necesarias
Además de este obstáculo, Ferrovial se enfrenta a una compleja maraña de autorizaciones. Así, en función del comprador, puede requerir los permisos de inversiones internacionales en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. De igual modo, las autoridades de Competencia tanto de España como de Europa deberán, presumiblemente, dar su visto bueno. Un tercer escollo deriva de cada contrato individualmente y de las cláusulas por cambio de propietario del concesionario.
En este caso, los organismos públicos, entre los que figurarían ayuntamientos, gobiernos regionales, empresas públicas o ministerios, como los de Fomento, Defensa y Justicia, con los que la empresa tiene contratos, podrían imponer su consentimiento. En último lugar, y también en función del contrato y de si está financiado, incluso los bancos podrían tener algo que decir.
Fuente: elEconomista.es