Leemos en El Economista un interesante artículo sobre el posible relanzamiento verde de la economía tras la crisis sanitaria por COVID19.
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Pensando en el escenario post-Covid-19, el Gobierno quiere resucitar los Pactos de la Moncloa y el sur de la UE reclama al norte la mutualización de la deuda con el lanzamiento de coronabonos, en ambos casos sin mucho éxito.
En la UE todos están de acuerdo en que la recuperación de la economía tras la pandemia debe impulsar la lucha contra el calentamiento global -los líderes reclamaron en su última reunión "una inversión sin precedentes" en transición verde-, pero se antoja difícil, si no hay acuerdo a corto plazo.
De momento, España ha adelantado la tramitación del Plan del clima, vinculado a 241.000 millones de inversión, y Bruselas ha lanzado una consulta pública para incrementar los objetivos climáticos de la UE para 2030.
Los análisis macroeconómicos indican que la pandemia provocará una reducción del PIB global del 4% en 2020, que en España puede ascender al 10% por la estructura productiva, muy dependiente del turismo. Para salir de la debacle económica, los estados aplicarán una estrategia en varias fases, de acuerdo con la experiencia acumulada en ocasiones anteriores, como la crisis de 2008.
En una primera fase se tratará de estabilizar la situación, con estímulos económicos de urgencia y liquidez que minimice la destrucción del tejido productivo. Aquí se engloba el paquete de 200.000 anunciado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez -117.000 millones serán públicos-, que ve la luz con cuentagotas, así como otras medidas adoptadas por las instituciones de la UE, como los 25.000 millones en avales del BEI, los 750.000 millones para comprar deuda pública y privada del BCE, o el fondo contra el desempleo de 100.000 millones que ha lanzado la Comisión.
Una vez superado el encierro, habrá que devolver la economía a la normalidad, y lo más probable es que haya que aplicar estímulos fiscales y paquetes de rescate para sectores concretos -piensen en la aviación- e incluso países enteros, dependiendo de cómo evolucionen las economías. Prácticamente seguro, los estados tendrán que lanzar planes masivos de inversión -por eso ahora se recuerda al Plan Marshall- para generar empleo y reactivar la economía.
Es en esta segunda fase donde cobran importancia la mutualización de la deuda europea -los llamados coronabonos-, porque permitirían que los estados del sur se endeudaran a menos coste a la hora de financiar sus planes masivos de inversión. No obstante, Alemania y Holanda ya han dicho que no están de acuerdo en dar ese paso, que se debate hoy en la reunión del Eurogrupo.
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