La formación de espesas losas de hielo impenetrables se extiende de forma rápida en el interior de Groenlandia, lugar donde el hielo suele ser poroso y es capaz de reabsorber el agua de deshielo. Pero su importancia radica en que esas losas envían agua de deshielo al océano, lo que puede provocar el incremento del nivel del mar hasta 7 centímetros para el año 2100, según el estudio realizado por la Universidad de Colorado, publicado en la revista ‘Nature’.
A pesar de que la escorrentía de los bloques de hielo ha producido un aumento de menos de un milímetro a los niveles globales del mar hasta ahora, este aporte se incrementará de forma considerable a medida que los bloques de hielo sigan extendiéndose bajo unas temperaturas más altas, apuntó Mike MacFerrin, investigador del Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales de la Universidad de Colorado (CIRES, por sus siglas en inglés).
“Incluso bajo proyecciones climáticas moderadas, las losas de hielo podrían duplicar el tamaño de la zona de escorrentía para 2100 –alerta MacFerrin–. Bajo escenarios de emisiones más altas, la zona de escorrentía casi se triplica en tamaño”.
En el año 2000, la zona de escorrentía de Groenlandia es decir la zona de la capa de hielo que contribuye al aumento del nivel del mar, era mas o menos del tamaño de Nuevo México. Entre 2001 y 2013, las losas de hielo extendieron la región de escorrentía en alrededor de 65.000 km2, lo que equivale a dos campos de fútbol americano por minuto.
Para el año 2100, si los valores de temperatura de la Tierra sigan creciendo y las losas de hielo continúen aumentando, la zona de escorrentía podría llegar a expandirse y tener el tamaño de Colorado en el caso de que las emisiones fueran moderadas, analizó el equipo. Lo cual incrementaría los mares entre 7 y 33 milímetros.
En un escenario de emisiones más altas, con una mayor liberación de gases de efecto invernadero, la zona de escorrentía podría aumentar en el tamaño de Texas, según el nuevo documento, contribuyendo a entre 17 y 74 milímetros de aumento del nivel del mar. Las estimaciones de escorrentía de losas de hielo se suman a otras fuentes de aumento del nivel del mar de Groenlandia, como los icebergs.
La capa de hielo de Groenlandia está compuesta por distintas texturas congeladas: lagos derretidos, la nieve que cae en invierno y la nieve compactada que se comprime transformándose en hielo glacial.
En casi toda Groenlandia, la nieve solo se derrite parcialmente en verano y después se vuelve a congelar en discos de hielo delgados con un espesor entre 2 y 5 centímetros, situados dentro de la nieve compactada. Casi siempre, el agua de deshielo se filtra hacia abajo y alrededor de las lentes de hielo, donde vuelve a congelarse sin llegar al mar.
Pero a medida que los eventos extremos de fusión del Ártico se vuelven más frecuentes, esas delicadas capas de hielo se expanden y se solidifican en gigantescas “losas” de 1 a 16 metros de espesor, creando una capa impermeable justo debajo de la superficie.
El problema es que el agua de deshielo no puede filtrarse en la capa de hielo,por lo que discurre cuesta abajo a lo largo de las losas de hielo, ocasionalmente hacia el océano.
Esos sucesos de derretimiento son más frecuentes cada vez en la isla de Groenlandia: en julio de 2012, la nieve y el hielo se derritieron del 97% de la superficie de la capa de hielo de Groenlandia, un acontecimiento no visto en el registro satelital de 33 años, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC), parte de CIRES y CU Boulder. La última primavera fue especialmente cálida y soleada en Groenlandia y se derritieron 80.000 millones de toneladas de hielo.
MacFerrin y sus compañeros hallaron losas de hielo en 2012, cuando encontraron grandes secciones de hielo sólido en muestras de núcleos de hielo, en lugar de las lentes de hielo delgadas que esperaban. Nunca habían visto algo así antes, según admitió MacFerrin. Desde el hallazgo inicial, el equipo ha investigado las losas de hielo utilizando motos de nieve por el suroeste de Groenlandia, que arrastran radares que son introducidos en el suelo para conocer la extensión de las losas.
Además, los científicos utilizaron los datos de la NASA Icebridge y los modelos climáticos para entender la forma en se han expandido las losas en las últimas décadas y así poder predecir la manera en que pueden seguir creciendo.
“A medida que el clima continúa calentándose, estas losas de hielo continuarán creciendo y mejorando otras reacciones de agua de deshielo –explica Mahsa Moussavi, investigador de NSIDC y coautor del artículo–. Es un efecto de bola de nieve: más derretimiento crea más losas de hielo, que crean más derretimiento, lo que crea nuevamente más losas de hielo”.
Este proceso altera principalmente la hidrología de la capa de hielo. Las retroalimentaciones árticas como esta son esenciales para entender el porqué, cuánto y con qué rapidez un clima más cálido es capaz de modificar los lugares más vulnerables de la Tierra.
“Curiosamente, hace décadas, los científicos plantearon la hipótesis de lo que el agua de deshielo en un clima cálido podría hacer a las capas de nieve de Groenlandia, según las mediciones y la teoría –recuerda Horst Machguth, investigador de la Universidad de Friburgo, Suiza, y segundo autor del artículo–. Nuestros resultados muestran que sus hipótesis estaban cerca de lo que sucede hoy en Groenlandia”.
El camino de mitigación del cambio climático que está llevando a cabo el planeta decidirá en que escala afectarán las losas de hielo al nivel del mar en las siguientes décadas, si únicamente unos pocos milímetros o pulgadas. “Los humanos tienen la opción de decidir en qué dirección va esto”, concluye MacFerrin.
Fuente: El Periódio