De reciente publicación es el libro “Las Crónicas del Agua. Río Arriba”, una gran fábula que tiene como protagonista al joven salmón Gunter, repleta de aventuras y destinada a un amplio público. Es una herramienta didáctica con la que trabajar la educación emocional y en valores, además de inspirar una conciencia medioambiental hacia los entornos fluvial y marino; y todo ello a través de la singular figura de un salmón.

Nuestro héroe en este caso no está encarnado por superhombres o superheroínas. El valiente campeón es el joven salmón Gunter, que habitaba tranquilamente en el río donde se las prometía cómodo y feliz, hasta que, un buen día, su vida sufre un giro inesperado. Esa aventura es la que relatan Alicia B. Torres y Alfonso F. Quero en esta fábula conmovedora, que describe un viaje a contracorriente en el que el lector no podrá dar nada por hecho. "Las crónicas del agua. Río arriba" (Letrame Grupo Editorial) está recomendado para lectores entre doce y cien años, según bromean sus autores.

"Hoy en día resulta difícil encontrar una obra dirigida a un amplio público en la que se conjugue la evidente intención de ensalzar, transmitir e inculcar unos valores; una razonable preocupación por el medio ambiente; así como, entretener a los lectores durante el tiempo que le dediquen a hojear sus páginas"

Alicia B. Torres y Alfonso F. Quero han escrito este libro a cuatro manos

En las 210 páginas del documento el lector es transportado a un mundo submarino en el que a través del salmón Gunter y a sus amigos se conocerá más este medio. «Dudamos que alguien pueda imaginar todas las vicisitudes a las que se enfrenta un salmón a lo largo de su existencia. Hemos intentado ser lo más fieles posibles al ciclo de la vida de este pez, aunque, evidentemente, nos hemos permitido alguna que otra licencia con tal de dar plena coherencia a la historia», explican.

Docente y funcionario

Alicia Torres, natural de Alhendín, maestra de pedagogía terapéutica en un instituto de Almería, a través de su larga trayectoria como docente, ha comprobado cómo, a lo largo de los años, determinados principios han dejado de imperar entre los jóvenes alumnos; mientras Alfonso, funcionario de justicia, gran amante de la filosofía japonesa, ha comprobado, de igual modo, cómo aquellos valores, aún tan presentes en el mundo oriental, a este otro lado, poco a poco se van difuminando con tendencia a esfumarse; como ellos mismos se preguntan: «Sin jóvenes debidamente educados y sin principios, ¿a qué mundo podemos aspirar?».

'Las crónicas del agua. Río arriba' es definida como una obra que posee una narrativa «amena» y un vocabulario «rico», sirviendo como hilo conductor una trepidante historia que cuenta con los más variopintos personajes con los que uno se pueda topar. Una singular aventura que comienza de la manera más sencilla posible y que se va haciendo más compleja por momentos, llegando al punto de hacer sentir al lector como un pez más en mitad de un maremágnum: el de la vida.

Cada capítulo, de manera velada, transmite una enseñanza, que el lector tendrá que extraer y que, sin duda, conducirá a la reflexión. «En realidad, cada uno de nosotros no somos muy diferentes de su protagonista, pues, a pesar de no disponer de aletas, sí poseemos 'agallas'. Al fin y al cabo, la vida nos obliga a tenerlas para poder seguir adelante», comentan los autores. En sus páginas se puede leer: «Dicen que aquello que buscamos, también sale a nuestro encuentro, esperando encontrarnos».

Autopublicación

Alicia Torres y Alfonso Quero comparten 'Las crónicas del agua. Río arriba' y matrimonio. Comenzaron su andadura en el mundo de las letras escribiendo conjuntamente cuentos y relatos breves, en su mayoría empleados por Alicia en el desarrollo de su actividad docente como maestra de pedagogía terapéutica.

Tras varios años en busca de editorial, dado el difícil panorama, definitivamente, se decantaron por la autopublicación. «Es una opción más que en un principio descartamos y de la que hoy en día nos alegramos, es más, nos sentimos orgullosos, pues, el libro ve la luz tal y como lo concebimos, al detalle, a nuestro gusto. Y aun cuando fueron muchas las puertas que se nos cerraron, no es menos cierto que, a través de Letrame Editorial otras tantas se nos han acabado abriendo», comentan ambos.

 

Fuente: Ideal