La Fundación Daniel y Nina Carasso ha presentado el estudio "Economía Social y Solidaria. Un ecosistema favorable para la transformación social". La investigación, comenzada hace ahora 18 meses, toma una mayor relevancia en el contexto actual por la crisis derivada de la Covid-19, abordando en profundidad el estado de la economía social y solidaria (ESS) en España con el objeto de fortalecerla y compartir sus prácticas.
“Creemos firmemente que se trata de un modelo que hay que defender y poner en valor, para asegurar su integración en los planes de recuperación y resiliencia de nuestro país”, afirma Isabelle Le Galo, directora de la Fundación en España. “Gracias a él podemos activar una transición justa hacia una economía que cuida de la vida, en primer lugar, y asegura su propia sostenibilidad, en segundo lugar”.
En la presentación del estudio se ha puesto de relevancia que la Economía Social y Solidaria ha trascendido de las minorías, ofreciendo modelos reales y eficientes económica y socialmente. En la mesa redonda han participado dos de las investigadoras que han liderado su elaboración, Mercedes Valcárcel, CEO en Fundación Generación Spain y Marta Solórzano, profesora titular de Organización de Empresas UNED, así como el co-investigador José Luis Fernández, Kois, de Garúa y Miquel de Paladella, socio y Chief Executive Officer de UpSocial. Además, han compartido su experiencia dos de los proyectos participantes en la investigación con la presencia de Mónica Gutiérrez Herrero, del colectivo Basurama y de Mireia Barba, de Fundació Espigoladors.
“El informe es complejo, diverso, tiene muchos enfoques y puede ser de utilidad para todas las entidades (empresas o no) que buscan un fin social” ha señalado Mercedes Valcárcel al comienzo de la jornada “La ESS es muy diversa, con múltiples formas jurídicas. Para las empresas de la Economía Social lo más importante es la misión, la gobernanza, la distribución de sus recursos… todo bajo el eje articulador de la resolución de necesidades sociales y la importancia de los socios y las personas por un interés en construir un futuro mejor y más igualitario”.
Frente a otros modelos, Miquel de Paladella ha explicado: «la ESS tiene una ventaja competitiva, ya que las relaciones que establece son mucho más potentes que con las empresas de modelos tradicionales: una empresa no es solo ESS por lo que hace, sino también por sus formas”, para de Paladella el informe llega en un momento en el que la Economía Social deja de ser un modelo que actúe desde los márgenes “Las empresas que no son del mundo de la Economía Social se acercan cada vez más a principios de las ESS, lo que demuestra que hay una demanda creciente de esta alternativa.”
Sobre este momento de cambio también ha reflexionado José Luis Fernández, Kois: “Muchos estudios evidencian el carácter contracíclico de la ESS, que aumenta su capacidad de incidir en épocas de crisis. Lo importante de este ciclo sería identificar cómo el auge y el crecimiento de este ecosistema está vinculado con los movimientos sociales. Por definición, las ESS son un movimiento democratizador de la economía. Además, recientemente se ha conseguido entrar en sectores estratégicos como puede ser la energía, las finanzas, la alimentación, lo seguros… lo que es muy positivo”.
Respecto a los casos de éxito que han arrojado luz sobre el buen funcionamiento de la Economía Social y Solidaria, Mónica Gutiérrez Herrero, del colectivo Basurama y Mireia Barba, de Fundació Espigoladors, han puesto de relevancia los objetivos conseguidos. Gutiérrez subraya la importancia de “trabajar a partir de las necesidades o deseos de una comunidad, la escucha, incisión en el proceso, el cuidado, la flexibilidad o el enfoque en lo local, que es fundamental porque permite introducir nuevos procesos en una escala manejable” para añadir también futuros retos entre los que destaca “hacer frente al desgaste, que viene de nuestra capacidad de precarización y explotación propias del compromiso. Necesitamos dar visibilidad a la complejidad y diversidad de la red y el reconocimiento al trabajo de este modelo de empresas”, algo en lo que coincide Mireia Barba “El crecimiento es más lento por la precariedad y un agotamiento de todo el equipo, un factor de riesgo que hemos de revertir. A veces esto se trata como un ejemplo de buenas prácticas, sin ánimo de implantarlo más, quizá haya ahí una falta de interés. Nuestro modelo de empresa social no tiene un marco legal. Muchas veces estás en tierra de nadie.” a pesar de estos obstáculos Espigoladors “ha conseguido replicar su modelo, lo que es un éxito porque hemos comprobado cómo se puede adaptar nuestro proyecto a otras realidades”.
La jornada ha terminado con un turno de preguntas y la intervención de Marta Solórzano, que a modo de conclusión ha dado las once recomendaciones de actuación a las que se ha llegado como conclusión del estudio, líneas que buscan “analizar, difundir las buenas prácticas, dar mayor visibilidad en los medios de comunicación y en la esfera pública, con un claro carácter estratégico” para concluir “debemos buscar indicadores comunes en los proyectos de ESS, y con estos mostrar lo que estamos haciendo, profundizando en herramientas de medición y gestión, entendiendo que hay que desarrollar algún tipo de instrumento que nos permita identificar realidades comunes y diferentes, esto también permite a las administraciones evaluar distintas iniciativas y distintos proyectos”.
Una metodología participativa e innovadora
La publicación presentada constituye un estudio único, al haberse realizado con metodologías participativas e innovadoras. Además, su formato divulgativo tiene voluntad de resultar útil tanto a las administraciones públicas como a estudiantes e investigadores, así como a los propios agentes implicados en proyectos de ESS a muy distintas escalas.
Además de la definición del marco teórico legal “propio” de la ESS, la investigación ha combinado una serie de herramientas metodológicas (cuestionario cualitativo, estudio de casos, taller de escenarios y análisis de fuentes secundarias) que han hecho posible el trabajo en dos ejes: la reflexión académica y la interacción con agentes activos en el ecosistema de la ESS (cooperativas, proyectos de emprendimiento, colectivos artísticos, entidades sin ánimo de lucro…).
El desarrollo del estudio ha contado con el papel activo de la comunidad de trabajo de la fundación en sus dos líneas en Arte Ciudadano y Alimentación Sostenible. En este sentido se ha contado con la participación de entidades como Basurama, Campo Adentro, ColaBoraBora, Fundación Cerezales Antonino y Cinia, La Fábrika detodalavida, Scarpia, ZEMOS98, Bioalai, Espigoladors, Garúa y Subbética Ecológica. A partir de algunos de los rasgos distintivos de estas iniciativas, de sus trayectorias, de los desafíos a los que se han enfrentado, se extraen variables claves para arrojar luz en este estudio sobre el nivel de transformación social logrado, las interrelaciones con el entorno, el funcionamiento interno, la estabilidad y la viabilidad financieras, las políticas y estrategias para crear valor y la posibilidad de escalar o replicar la mismas.
Evolución de la ESS durante la última década y factores de cambio
Del estudio se desprende que tanto el propio sector como la academia coinciden en señalar que la situación de la ESS ha mejorado cualitativamente en los últimos años, observándose, además, una incipiente identidad colectiva compartida, acompañada en muchos casos de un creciente reconocimiento externo. Este crecimiento se explica en parte por la situación coyuntural de crisis económica en la última década y de la reacción de los movimientos sociales a dicha crisis. En esta coyuntura, el sector ha impulsado iniciativas en sectores clave como la energía, las finanzas o la alimentación, que han incrementado su cuota en la economía del país.
Otro de los factores decisivos en la evolución de la Economía social y solidaria es el apoyo que algunas administraciones públicas están prestando a través de diferentes iniciativas políticas y económicas, que van desde la compra pública innovadora y responsable hasta la inclusión de la ESS en las acciones generales de fomento del empleo y el emprendimiento. Esta evolución favorable encuentra su reflejo en un reconocimiento internacional, gracias sobre todo al apoyo desde las instituciones europeas, así como en los medios de comunicación, en el debate político y hasta en la sociedad.
Pese a todo ello, en el estudio no se obvia que el principal obstáculo sigue siendo el desconocimiento y la falta de credibilidad de este sector como alternativa económica real. Existen además problemas jurídico-normativos, con una legislación que tanto a nivel nacional como europeo no termina de facilitar la consolidación de la ESS. La dificultad para encajar en modelos preestablecidos y falta de entendimiento con las administraciones públicas es también un obstáculo a la hora de obtener financiación o apoyos. Precisamente la sostenibilidad económica de los proyectos más sociales es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las entidades del ecosistema. Por este motivo, el fortalecimiento económico del sector dentro del mercado es clave para facilitar el crecimiento y los cambios de escala.
Reflexiones sobre el futuro del sector
El fruto más inmediato de este estudio es la definición de un decálogo de líneas de acción que pueden resumirse en tres puntos clave:
• Es urgente la construcción conjunta de una narrativa propia de la economía social y solidaria, fuerte y consciente de sus valores, capaz de ilustrar sus éxitos y de inspirar a los demás sectores, de manera que se acerquen a sus prácticas, para que hablemos de una economía más social y solidaria, así como de una acción social más resiliente económicamente.
• Es necesario reforzar las redes, conectar eficazmente a los agentes de la economía social y solidaria entre sí y con otros agentes más alejados, apoyar los cambios de escala e impulsar las transiciones. Parte de estas tareas se pueden hacer desde el propio ecosistema, de manera colaborativa y orgánica, con un crecimiento en red, o con la ayuda de agentes adicionales.
• Serán clave las alianzas público-privadas y la integración de la dimensión académica de manera transversal al ecosistema. La incorporación de esta materia a los currículos académicos y a los planes de estudios de forma transversal es imprescindible.
De esta forma, el estudio tiene por muy necesario, por tanto, formar alianzas, promover la flexibilidad del sector, tener presentes las lecciones aprendidas y trabajar con la convicción de que la ESS es una herramienta con un enorme potencial para afrontar los desafíos de la sociedad actual.
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