Una entidad sin ánimo de lucro se erige en Francia como pionera en el reciclaje de embarcaciones. La Association pour la Plaisance Eco-Responsable (APER), formada por los astilleros de barcos de recreo del país galo, espera reciclar más de 20.000 barcos de particulares en desuso en los próximos cinco años sin coste. La financiación vendrá de las tasas por la compra de barcos nuevos y también de la propia navegación en la costa francesa.
Reciclar una embarcación o dejarla para el desguace será a partir de ahora más sencillo... en Francia. La APER ha creado una red pionera de reciclaje de embarcaciones por todo el país con 28 puntos de recogida gratuita de barcos en desuso, con esloras entre 2 y 24 metros, al servicio de los propietarios particulares. El armador o responsable de la embarcación solo tendrá que transportar el barco hasta su punto de reciclaje especializado más próximo. En este desguace náutico se le emitirá también un certificado en el que se informa de la donación de la embarcación para su destrucción por completo.
La entidad francesa, que es la primera asociación náutica del mundo que asume esta labor responsable de reciclaje, espera recoger entre 20.000 y 25.000 barcos en los próximos cinco años. Hasta el momento, el proyecto piloto desarrollado por APER, y en que han participado voluntariamente 30 empresas, ya ha reciclado más de 2.000 embarcaciones.
Con los materiales reciclados se pueden realizar tanto materiales de construcción como una nueva materia prima que sirva para la fabricación de nuevos materiales en otros sectores de la industria del automóvil o el ferrocarril, entre otros. En este novedoso proceso de reciclaje, en el que también se incluyen las motos de agua a partir del segundo semestre de 2019, quedan excluidos por el momento embarcaciones tipo kayaks, tablas de windsurf o embarcaciones a pedales.
Los fondos para la financiación del proyecto, como sucede en otros sectores de la industria europea, provendrán tanto de una nueva tasa que se incluya en la venta de embarcaciones nuevas como de los impuestos anuales de navegación que recauda el Gobierno francés.
Fuente: Expansión