La UE compromete más de 550 millones en 36 medidas para lograr océanos más limpios, seguros y con más recursos. Es el anuncio de la Unión Europea el pasado jueves en la Conferencia Internacional Our Ocean celebrada en Malta, un programa que tiene como objetivo abordar los crecientes desafíos oceánicos como la contaminación por plástico, la protección de la vida marina y el cambio climático.
El paquete de compromisos implicará una contribución de más de 550 millones de euros. Casi la mitad, 250 millones de euros, serán destinados a financiar la investigación marina y marítima en 2017, incluidos 40 millones de euros para apoyar el transporte marítimo de baja emisión y avanzado. Más de 30 millones de euros se destinaron a la energía marina.
El ejecutivo de la UE también invertirá 10 millones de euros en la creación de centros de cooperación en tecnología marítima con la Organización Marítima Internacional en África, Asia, el Caribe, América Latina y el Pacífico para fomentar la eficiencia energética en el transporte marítimo.
Además, 1,5 millones de euros se destinarán a reducir las emisiones de carbono negro en el Ártico, mientras que otros 600.000 euros se destinarán a proyectos medioambientales en la región.
El ejecutivo de la UE dijo que presentará un proyecto de medidas para reducir la fuga de plásticos al medio ambiente a finales de 2017, como parte de su próxima estrategia sobre plásticos.
Otra medida, incluida entre las 36 que contiene el paquete, fue de 60 millones de euros en 2018-2019 para los trabajos de la Alianza de Investigación Trasatlántica, con socios como Brasil y Sudáfrica.
Se invertirán otros 23 millones de euros en el servicio de vigilancia del medio marino de Copernicus; 8,5 millones a conservación de la biodiversidad marina y costera en la cuenca del Caribe; 6 millones a ordenación del espacio marítimo y al menos un millón a apoyar el Programa Mundial de Pesca del Banco Mundial.
Algunas de las medidas son meramente simbólicas, como el compromiso ejecutivo de la UE de prohibir las tazas de plástico de un solo uso de fuentes de agua potable y cafés en sus edificios a finales de año.
Fuente: Fundación para la economía circular.