El ambientólogo Guillem Tendero es uno de los autores del informe "Diagnosis técnica. Las experiencias de producción agraria del Parc Natural de la Serra de Collserola", que el Consorcio de dicho parque encargó a la asociación Arran de Terra. El parque natural de la Serra de Collserola busca relanzar su payesía, dado que su actividad agraria se encuentra en una “situación crítica”, pero existen “grandes potencialidades” que harían posible “promover la reactivación de la agricultura”.
“El estudio es un toque de atención y de alerta sobre la actividad agropecuaria que vive una situación complicada pero no tememos por su desaparición y es una constatación para cambiar la la tendencia y reactivar la producción agropecuaria”, señala el especialista en medio ambiente Guillem Tendero.
“Este estudio forma parte del proceso de la dinamización agroecológica del parque. Es un trabajo a largo plazo y nosotros llevamos trabajando desde hace años a partir del plan agropecuario aprobado en 2013. Intentamos promocionar desde hace tiempo la agricultura y la ganadería ya que juegan un papel clave en la conservación de la biodiversidad, el paisaje y los servicios que brinda los ecosistemas”, destaca Joan Vilamú, técnico del servicio de medio natural del Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola.
Uno de los datos que llama la atención del estudio es la reducción de la superficie cultivada en los últimos años en Collserola. Se ha pasado en el 2009 de 195,5 hectáreas, un 2,4% de la superficie total del parque (8.259 hectáreas), a 123,3 hectáreas en el 2016, un 1,6% del total, lo que supone un disminución del 32% en siete años.
“No es una dinámica nueva sino de las últimas décadas. No es fácil pero se podría revertir. Podemos recuperar estas hectáreas que se han perdido los últimos años y tenemos que esforzarnos todos en este en este sentido: en promover esta transformación de los sistemas alimentarios para hacerlos más justos y sostenibles “, explica el consultor de Arran de Terra.
”Mantener estos campos de cultivo es muy importante no solo por su valor socioeconómico a la hora desarrollar la actividad agropecuaria sino especialmente por la conservación de los valores naturales de la sierra”, añade. Vilamú, que achaca como principal motivo está pérdida al “crecimiento urbanístico”, matiza que la superficie cultivada pérdida no sería tanta ya que está el estudio se base en doce de entrevistas a agricultores y en el parque hay más.
El informe también recoge que durante este tiempo han desaparecido dos tipos de cultivos: el almendro y el algarrobo. “Son cultivos que se tendrían que recuperar porque son resistentes a la sequía y la falta de agua en zonas de montaña por lo que se adapta muy bien aquí”, comenta Vilamú.
Para realizar el estudio se han entrevistado a un total de doce payeses y se han realizado diferentes sesiones participativas. Tras la fase de diagnóstico y recogida de propuestas se definirá un plan de acción que se implantará a lo largo del próximo años. Para dinamizar al actividad agraria se ha creado un grupo motor y diferentes comisiones de trabajo.
Uno de los principales problemas son los daños causados en las explotaciones por los jabalíes. Para buscar medidas hay pendiente una reunión con el Departament d’Agricultura de la Generalitat. El Consorcio estudia iniciativas como la introducción de los pasos canadienses para complementar la vallas de las zonas de cultivo. Estos pasos se incorporan en caminos y consiste en una parrilla o rejas metálicas a nivel de rasante que permiten el paso vehículos y evitan que se escapen o accedan los animales. “En zonas de montaña estos pasos se han mostrado eficaces con vacas para que no salgan del recinto. En el caso de los jabalíes estamos estudiando realizar una prueba para evitar su paso”, explica el técnico del servicio medio natural del Consorcio del parque.
Otra línea de trabajo es la marca de garantía ‘Producto de Collserola’. Actualmente hay seis productos que se elaboran en el parque (cordero, miel, mandarinas, vino, tomate y cabrito), pero ya se trabaja en incorporar más. “No es algo cerrado y estamos en el proceso de ver qué nuevos productos se pueden incorporar en colaboración con los propios productores. Por ejemplo, estamos estudiando un tipo de lechuga, judía o cereza”, avanza el técnico de servicio del medio natural del Consorcio.
Facilitar el acceso a la tierra a los agricultores es otro de los objetivos. “Es uno de los problemas importantes. Nos encontramos en Collserola con fincas más bien pequeñas que muchas de ellas necesitarían ampliar su base territorial, es decir, cultivar más hectáreas. Por otro lado, hay gente joven que quiere iniciar proyectos productivos, pero les cuesta encontrar tierra”, afirma el ambientólogo y consultor de la asociación Arran de Terra.
El estudio también ha detectado que una de las carencias es la gestión económica por lo que de cara a otoño se realizará una jornada de formación. “Hemos diseñado una formación en control de costes de producción, de pedidos...todo lo relacionado con la gestión económica de sus productos para mejorar y avanzar en la profesionalización en este ámbito”, detalla Tendero. También está previsto realizar una jornada técnica sobre la gestión del agua. “Estamos en una sierra y el acceso al agua no es tan fácil como podría ser en el Baix Llobregat. En Collserola es un bien escaso y también un factor limitante. Es una cuestión a mejorar y trabajar en mejorar su captación y optimización”, comenta el consultor de Arran de Terra.
Otro de los objetivos del estudio ha sido “crear más red” entre los propios agricultores, relata Vilamú, a quien le ha sorprendido que “la mayoría no se conocían entre ellos a pesar de ser municipios vecinos aunque en muchos casos son agricultores recientes en el parque”. Con este proceso también se quiere hacer partícipe a otros actores. “Estamos creando red en un ámbito más grande a nivel de cooperativas de consumo, entidades, diferentes asociaciones relacionadas con la agricultura, ganadería, soberanía alimentaria, además con los técnicos de los nueve municipios que forman parte del parque, la Diputació de Barcelona, la Área Metropolitana de Barcelona y el Departament d’Agricultura de la Generalitat”, añade.
Arran de Terra, asociación dinamizadora del proceso, trabaja con las diferentes administraciones públicas y entidades del proyecto para conseguir la financiación del proyecto, que contempla un presupuesto global desde el 2016 hasta el 2020 de 80.000 euros.
El estudio ha identificado en el momento que se realizó 34 personas que trabajan en las doce iniciativas de producción agraria en el parque. 11 de ellas se dedican exclusivamente a tareas de gestión, distribución y/o comercialización mientras que las 23 restantes lo hacen sólo en el campo o tanto el campo como en la gestión, distribución y/o comercialización.
El perfil de la payesía de Collserola suele ser joven, con estudios y urbanos. En concreto, un 52% tiene estudios universitarios, el 22% ha cursado estudios universitarios en el ámbito agropecuario, y el 30% tiene formación técnica agraria no universitaria. Solo un 26% es de origen payés y un 74% de origen urbano con una media de edad de 42 años, un 87% son hombres y un 13% mujeres.
Fuente e imágenes: La Vanguardia.