El investigador de la Facultad de Ciencias y titulado en Ciencias Ambientales, Pablo García del Río, ha desarrollado en su tesis doctoral estrategias para el aprovechamiento de la paulonia y el sargazo como fuente de compuestos de alto valor añadido para bioproductos y bioetanol. El trabajo, dirigido por Gil Garrote y Aloia Romaní se presentó este curso bajo el título “Integración de biorrefinerías de segunda y terceira generación: valorización de la madera de rápido crecimiento de Paulownia e de la macroalga invasora Sargassum”.
El estudio se llevó a cabo dentro del departamento de Ingeniería Química de la UVigo y se enmarca en dos proyectos de investigación estatales financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Procesos multietapa para el aprovechamiento integral de macroalgas y biomasa vegetal y Avances hacia una biorrefinería sostenible basada en la valorización de especies invasoras).
García del Río explica que se empleó la paulonia en este estudio porque es un árbol de rápido crecimiento y el alga ‘Sargassum muticum’, que es una especie invasora en la costa Atlántica de Europa, sobre todo en España y Portugal, por lo que su aprovechamiento, además de un beneficio ambiental, porque se elimina del medio marino, puede tener también un beneficio económico.
La investigación se centró en el empleo de tecnologías de vanguardia y respetuosas con el medio ambiente para lo fraccionamiento de la madera de paulonia y del sargazo. Debido a la estructura compleja que tienen la madera y el alga, fue necesario llevar a cabo pretratamientos para poder aprovechar sus componentes.
En el caso de la madera de Paulownia, detalla García del Río, “permitió la obtención de oligosacáridos hemicelulósicos, con alto potencial en las industrias alimentaria, nutracéutica, farmacéutica o incluso energética”. En el caso del Sargassum muticum “ayudó a la solubilización de productos de alto valor añadido como oligosacáridos de la fucosa, compuestos fenólicos con capacidad antioxidante y proteínas”. Las fracciones sólidas obtenidas tras esos procesos, comenta el investigador, contaban con un alto contenido en glucano (celulosa mayoritariamente), por lo que tenían gran potencial para la obtención de bioetanol por ruta metabólica. Para eso, se emplearon enzimas comerciales y microorganismos aislados de ambientes industriales, “que cuentan con una mayor resistencia ante posibles compuestos inhibidores”.
La tesis incluye el estudio de una biorrefinería integrada avanzada para emplear ambas materias primas a la vez, pudiendo obtener en las fases líquidas compuestos de alto valor como xilooligosacáridos, fructoooligosacáridos o compuestos fenólicos con capacidad antioxidante y fracciones sólidas con alta capacidad para la producción de bioetanol”. Los experimentos, señala, “dieron lugar a resultados satisfactorios, con rendimientos prometedores y pudiendo superar el límite de concentración del 4% v/v recomendado para la producción comercial de bioetanol”. El estudio, concluye, “puede considerarse un paso adelante en el desarrollo de una biorrefinería integrada de segunda y tercera generación”.