Con la celebración de la Semana Europea de la Movilidad del 16 al 22 de septiembre, organismos oficiales y expertos en la materia vuelven a reivindicar la necesidad de evolucionar hacia "otro tipo de urbes más humanas y habitables". Así lo afirma Pedro Bravo, periodista y autor de Biciosos.
Bravo es contundente: "No nos podemos permitir que circulen tantos vehículos privados a motor. Genera problemas gravísimos de seguridad; de salud -muere más gente al año por problemas derivados de la contaminación que por accidentes-; de espacio -las ciudades dan más sitio a los vehículos que a las personas- e incluso económicos, no sólo por los costes sociales, también por el dinero que se pierde en atascos". Mejorar la movilidad en un lugar tan caótico como Madrid no es tan complicado. "Aunque pueda parecer lo contrario, es una ciudad que no se mueve muy mal. En torno al 80% de los trayectos diarios se realizan en transporte público y caminando, dos modos sostenibles, aunque el uso de la bicicleta es bajo.
Sólo el 1,6% de los españoles utiliza la bicicleta a diario como medio de transporte a pesar de que, "en este medio de locomoción o en patinete, nos desplazamos hasta cuatro veces más rápido que caminando, realizamos actividad física y contribuimos a mejorar el medio ambiente con un 0% de emisión de CO2 (un coche 'suelta' 122 por kilómetro)", según apuntan fuentes de Decathlon.
¿Qué se puede hacer? Diseñar una buena malla de vías ciclistas para fomentar su uso en grandes avenidas; mejorar las conexiones del transporte público pensando en la variedad de desplazamientos; ayudar a que las empresas tengan planes de movilidad sostenible y empezar a poner trabas al coche privado en determinadas zonas. Todo eso y limitar la velocidad a 30 km/h en toda la ciudad, que es la velocidad máxima recomendada para bajar la mortalidad".
El autor de Biciosos recuerda que, en 2018, "entrará en vigor el Área de Prioridad Residencial (APR) en el distrito centro, lo que generará una gran zona de tráfico calmado en la que sólo circularán residentes y transporte público". La medida pondrá a Madrid "a la cabeza de las capitales en cuanto apuesta por la movilidad sostenible y debería de replicarse en otros barrios para demostrar que la voluntad por lograr otro tipo de ciudad es firme".
¿En qué experiencias deberíamos fijarnos? "Copiar está feo pero, en este caso, no tanto por temas de propiedad intelectual sino porque trasladar tal cual lo que funciona en otro lado puede no ser buena idea. Dicho ésto, hay experiencias estupendas en urbes danesas, holandesas, alemanas, con años de trabajo en fomento de la bici y nuevas propuestas para racionalizar el uso del coche".
También las hay en España: "Pontevedra es una ciudad ejemplo en todo el mundo por su movilidad peatonal y su tráfico pacificado -toda la ciudad es zona 30-. Pero, claro, Madrid no es Pontevedra, no tiene el mismo tamaño ni habitantes. Por eso digo que no hay que copiar sino adaptar", aclara. Otro de los grandes obstáculos para cambiar la forma de moverse radica en acatar las reglas de convivencia. "Los ciclistas, los conductores, los patinadores y los peatones deberían actuar como lo que son, como personas. La movilidad no es una guerra. La ciudad es un punto de encuentro y, aunque seamos gentes diversas con intereses distintos, deberíamos entendernos como personas. Todo irá mejor si actuamos como tal y no escogemos un bando según el medio de transporte que hayamos elegido en ese momento".
Fuente: El Mundo.