En 1842 el físico galés William Grove inventó la primera pila de hidrógeno al revertir el proceso de electrolisis para producir electricidad y agua como único residuo. 124 años más tarde, en 1966, General Motors fabricó el primer vehículo dotado de pila de hidrógeno como sistema de propulsión, la Electrovan.
Esta visionaria furgoneta fue un prototipo basado en la GMC Handivan en cuyo interior albergaba dos tanques de gas –uno de hidrógeno líquido y otro de oxígeno líquido- que combinaba para generar la electricidad que alimentaba sus baterías y estas un motor eléctrico que propiciaba el movimiento.
La Electrovan alcanzaba una velocidad punta de 100 kilómetros/hora, y contaba con una autonomía algo inferior a 200 kilómetros, pero sacrificaba todo su espacio de carga y sólo deja espacio para dos pasajeros en la cabina; además la inexistencia de una red de abastecimiento de los gases la hizo inviable. Paradójicamente, no era un vehículo sostenible.
General Motors quiso donar la Electrovan al instituto Smithsonian, pero este declinó la oferta al considerar que un vehículo propulsado por hidrógeno no era arte. Tras pasar varios años abandonada en el almacén de Pontiac en Míchigan, finalmente se trasladó al General Motors Heritage Center en Detroit donde está expuesta cómo el primer vehículo con pila de hidrógeno del mundo.
Fuente: modificado de Soy Motor.