El pasado viernes el programa La Sexta Columna de La Sexta abordaba cómo la utilización cotidiana del coche se ha vuelto en contra nuestra: aire irrespirable, atascos eternos y como no, especulación. Con el título de cochecracia, el programa de actualidad informativa se pregunta ¿es sostenible pagar un precio tan alto en salud a cambio de conducir de puerta a puerta? ¿Hay alternativas para evitar la contaminación? El ambientólogo Lluís Torrent, entrevistado en La Sexta Columna, intenta responder algunas cuestiones de movilidad y cambio climático.
Con el título Cochecracia: así no vamos a ningún lado el programa pone de manifiesto cómo el vehículo es el principal y absoluto protagonista de las ciudades desde mediados del siglo pasado. Este modelo tiene consecuencias: aire irrespirable en los centros urbanos, donde además, ir a pie se convierte en toda una aventura. La cochecracia se instaura en España.
Normalmente al pensar en los peligros del coche, nos vienen a la cabeza los accidentes de tráfico. En 2015 murieron por esta causa 1689 personas. La Agencia Europea de Medio Ambiente cifra en 30.000 los ciudadanos europeos que perdieron la vida por la contaminación. Si se consiguiese reducir esta contaminaión, moderaríamos el número de infartos, ictus, anginas de pecho y cáncer de pulmón, enfermedades cuya segunda causa más importante son las partículas que emiten los combustibles fósiles.
En la lucha contra el cambio climático siempre había un antagonista principal: el CO2. En esta particular batalla el combustible diésel salió beneficiado pues emitía menos cantidad de este gas a la atmósfera. Desde la administración pública se fomentó el uso de este tipo de motores en el mercado automovilístico, porque además, resultaba un combustible más barato. La contrapartida de esto resultó ser el aumento de la emisión a la atmósfera de NOx, notoriamente más nocivo para la salud que el CO2. Actualmente muchos de los ayuntamientos de las grandes ciudades europeas se plantean reducir, o incluso prohibir el uso de vehículos de motor diésel en sus centros urbanos.
Por si esto fuera poco, tenemos que añadir que ciertas marcas de vehículos declaraban unas emisiones de gases y partículas a la atmósfera de los vehículos que ponían a la venta inferiores a la realidad. Tal es el caso de la trampa de Volkswagen.
La distancia entre la residencia de una persona y su lugar de trabajo se ha acrecentado en las últimas décadas. Los atascos en los accesos a las grandes ciudades son generados por la multiplicación de la población en las ciudades o barrios dormitorio. La administración propone como solución la ampliación de las vías, pero eso acaba siendo contraproducente debido a la aparición de nuevos conductores que las ocuparán, en un efecto llamada. Es lo que se denomina demanda latente.
Poco a poco el coche se fue convirtiendo en el protagonista principal de las ciudades, dejando de lado al peatón y al ciclista. Afortunadamente cada vez hay más iniciativas de la recuperación de espacios para el peatón, como la que ocurrió en la Gran Vía de Madrid, o fomento de los transportes públicos. En el programa se destaca la ciudad de Pontevedra, pionera en peatonalización. Otros ejemplos de peatonalización, esta vez en grandes urbes, los podemos ver en Londres, Parma y Ciudad de México; Berlín se les unirá en un par de años.
Imagen de La Sexta: Pontevedra antes y después de la peatonalización
El programa propone una serie de soluciones a los problemas de movilidad, basado en un curioso sistema de número de ruedas:
El ambientólogo Lluís Torrent trabajó y vivió en Hangzhou, una de las ciudades con el aire más contaminado del planeta. En el programa relata su experiencia en esta ciudad. Este consultor en medio ambiente y cambio climático en proyectos internacionales nos habla del concepto de refugiado climático, personas que tiene que desplazarse a causa del las consecuencias del cambio climático.
En el siguiente enlace puedes ver el programa completo de La Sexta Columna, titulado Cochecracia: así no vamos a ningún lado.