El presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Córdoba, Luis Martín, se ha comprometido esta mañana con los vecinos a reiniciar el Plan de la Sierra, cuya tramitación se suspendió con la llegada del PP al gobierno local. Martín ha participado esta mañana en una jornada informativa sobre el Plan de la Sierra convocada dentro de las actividades de la XI Semana Vecinal, organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad. En el centro cívico de Trassierra, el presidente de la Gerencia de Urbanismo se ha comprometido a retrotraer los trabajos del Plan de la Sierra a su fase inicial y a hacerlo a finales del primer trimestre de 2015.
En el encuentro, en el que además de vecinos estaban presentes, por ejemplo, responsables de la plataforma A Desalambrar y otros colectivos ambientalistas, Luis Martín se ha comprometido a contemplar las alegaciones que en el mandato anterior fueron rechazadas. Los vecinos, por su parte, reclamaron un "pacto de convivencia" entre "lo natural y lo vecinal" y criticaron que el anterior documento, elaborado por un equipo de arquitectos y licenciados en Ciencias Ambientales de la Universidad de Córdoba (UCO), después de la firma de un convenio entre las dos instituciones, dejaba al margen los núcleos urbanos que existen en la Sierra de Córdoba.
Luis Martín además dijo que la normativa urbanística ha cambiado, con la aprobación de la nueva Ley de Ordenación Urbana de Andalucía (LOUA), que entre otras consideraciones admite el diseminado fuera de ordenación. Los vecinos reclamaron celeridad a los trabajos y lamentaron que el Plan de la Sierra haya estado guardado en un cajón durante los casi tres años y medio de mandato del gobierno actual.
El Plan de la Sierra, aprobado inicialmente en el mandato anterior, preveía 11 actuaciones concretas para la puesta en valor de un espacio que apenas dista unos metros del propio casco urbano de la ciudad de Córdoba y que se extiende como un gran corredor verde de Este a Oeste entre los parques naturales de Cardeña-Montoro y de Hornachuelos. Las actuaciones eran la potenciación y creación de nodos estratégicos para recibir e informar al visitante; la creación de un Parque Periurbano en la zona de La Palomera y el entorno del Arroyo Pedroche; la creación de un Parque Recreativo en el entorno del embalse de San Rafael de Navallana; la puesta en valor de la red de miradores municipales de la Sierra de Córdoba; la creación de un Observatorio natural nocturno en el Cerro de Torre Árboles para fomentar el estudio de la astronomía; la recuperación y adecuación de una red de senderos municipales tradicionales; la reconversión del antiguo trazado ferroviario entre Córdoba y Almorchón en Vía Verde; la recuperación, dotación y puesta en uso de las zonas de baño tradicionales de la Sierra de Córdoba; la creación de una red de microrreservas faunísticas; la elaboración de un catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de la Sierra de Córdoba y la planificación de una serie de medidas y proyectos encaminadas a la restauración de áreas degradadas.
La inversión prevista y aproximada para la puesta en marcha de estas actuaciones, en las que iban a estar implicadas distintas administraciones, colectivos y hasta particulares, se aproximaba a los 40 millones de euros. Por otra parte, el Plan de la Sierra también establecía una ordenación para las más de 30.000 hectáreas de enclave natural a proteger. Así, fija una ordenación del Suelo No Urbanizable en categorías según las determinaciones contenidas en la LOUA: suelo no urbanizable de especial protección por legislación específica y suelo no urbanizable de especial protección por planificación territorial (corredor del río Guadiato, forestal, dehesa, La Palomera y entorno del arroyo Pedroche, San Rafael de Navallana, Frente de Sierra Morena, áreas adehesadas, áreas cerealísticas, áreas periurbanas, el Plan Especial de Protección de Mediana Azahara, caminos y yacimientos).
Además, se plantea una normativa urbanística que prohibía los usos que suponen una amenaza para la conservación de los elementos naturales (como los usos industriales) y define los usos compatibles: recreativos, turísticos no residenciales y equipamientos, en cada una de las calificaciones de suelo establecidas.
Fuente: Cordópolis.es