El gas natural se utiliza como carburante en un elevado número de vehículos en todo el mundo, comportando ventajas ambientales respecto a los demás carburantes. La instalación de gas natural en una parte de la flota de autobuses, camiones, taxis y automóviles de una ciudad, podría evitar la emisión de una gran cantidad de contaminantes. Las ventajas ambientales del gas natural son que no contiene plomo ni trazas de otros metales pesados, minimizan las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), monóxidos de carbono (CO) e hidrocarburos, no emite partículas sólidas en suspensión ni dióxido de azufre (SO2) y presenta niveles inferiores de emisión sonora.