Todos sabemos que Trump vertió muchas barbaridades a la campaña electoral, aunque ninguna generó tanta preocupación en Estados Unidos y en el resto del mundo como su posición negacionista respecto al cambio climático. Entre las primeras actuaciones que prometió llevar a cabo fue desvincular a su país del Acuerdo de París. Tras la entrada en vigor del Acuerdo de París contra el cambio climático, la elección del candidato pocos días después ha disparado las incertidumbres sobre el futuro de este tratado internacional.
Trump considera que “el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para atacar la competitividad de la industria estadounidense”. Se trata de una afirmación que hizo vía Twitter hace cuatro años y que luego ha querido relativizar. “Es por causas naturales”, dice ahora.
Su programa energético y de medio ambiente plantea dejar sin efecto todas las acciones de Obama que “son destructoras de empleo”, incluyendo el plan de acción sobre el clima. Trump se erige en salvador de la industria del carbón, promete renovar la solicitud de permiso del oleoducto Keystone (Canadà-Golfo de México), vetado por Obama, y se propone fomentar la producción de petróleo y gas natural. La propuesta estrella sería la de cancelar el acuerdo sobre el clima de París y detener la financiación estadounidense a los programas de la ONU contra el calentamiento global.
¿Pero podrá desafiar solo a la comunidad internacional y a amplísimos sectores de su país como un llanero solitario? No parece tan fácil. Una retirada por parte de Trump afectaría al esfuerzo mundial para reducir las emisiones de combustibles fósiles y podría dejar a Estados Unidos enfrentado a graves repercusiones diplomáticas. El republicano llega al poder cuando hay plena convicción en la comunidad internacional sobre la necesidad de actuar; en un momento de consenso sobre los riesgos climáticos que supone la inacción y sobre las posibilidades tecnológicas que aportan ya unas energías renovables más baratas y demandadas por los inversionistas. “Está por ver que Trump pueda materializar su deseo de dejar el acuerdo”, dice.
No será coser y cantar
Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) de París, y exsecretaria de Estado de Cambio Climático, dice que Trump no puede echarse atrás formalmente del Acuerdo de París, ratificado ya por Estados Unidos, “tan fácilmente” ni de una manera “inmediata”. Ségonèle Royale, ministra de medio ambiente francesa, una de las artífices del acuerdo, opina igual. Abandonar el tratado no será coser y cantar. “Los países firmantes sólo pueden dejar el acuerdo de París al cabo de tres años, más un año de notificación previa; por eso, nos esperan tres años estables”, sostiene Royal. Parece que Obama quiso dejar maniatado a Trump, antes de despedirse... ya que tendría que esperar técnicamente al menos hasta el 5 de noviembre de 2019. Además, para que esto surtiera efecto se demoraría un año más, como pronto hasta el 5 de noviembre de 2020, al final del mandato de Trump.
Denunciar la Convención de Cambio Climático
El nuevo líder republicano podría tener la tentación de denunciar la Convención Marco de Cambio Climático (Río de Janeiro, 1992), que da cobijo en su seno al tratado de París; pero este tipo de situaciones nunca se ha producido antes. Nunca ha llegado tan lejos EE. UU. Estados Unidos (Clinton) firmó el acuerdo de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU en 1992, pero el George Bush, que no lo ratificó, nunca se atrevió a denunciar la Convención, puesto que sabía que eso tendría un muy alto coste, ha manifestado Ribera, que no ve “muchas probabilidades” en este escenario, “poco probable”.
La conferencia de Marraquech
La presión ha venido incluso de Salaheddine Mezouar, presidente de la cumbre de Marrakech: “La cuestión del cambio climático trasciende a la política y atañe a la preservación de nuestro modo de vida, de nuestra dignidad y del único planeta en el que todos vivimos. Todas las partes debemos respetar nuestros compromisos, dentro del marco del esfuerzo común”, dijo. “Trump ha lanzado muchas bravatas contra el Acuerdo, pero no sabemos qué hará”, resume Ribera. Las aportaciones económicas de EE.UU. al fondo verde de clima de la ONU para que los países menos adelantados puedan adaptarse al cambio climático son una de esas grandes incógnitas.
Fuente: Cómo puede afectar al medio ambiente una victoria de Trump y Trump no lo tiene fácil para dejar el Acuerdo de París, de La Vanguardia.