Suele decirse que muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Es como si algo que damos por hecho, que siempre ha estado ahí, no lo apreciamos en su justa medida. Seguramente cuando, no hace tantos años en realidad, nuestros abuelos o bisabuelos tenían que sacar el agua del pozo para beber o ir a lavar al río, no se lo podrían creer cuando, de repente, vieron cómo les instalaban en casa un grifo y solo con abrirlo tenían el agua en casa para todo lo que necesitaran.

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Pero las generaciones posteriores hemos nacido y crecido con el agua como un básico, un recurso esencial que siempre ha estado ahí, y probablemente no la valoramos como se merece… Aunque con el cambio climático, la escasez de agua en el mundo es cada vez mayor. En la actualidad, una de cada tres habitantes del planeta no tiene acceso a agua potable salubre, y dos de cada cinco no disponen de instalaciones higiénicas básicas.

“La falta de agua es la mayor de las pobrezas que existe, pues se traduce en insalubridad y mortalidad, escasez de alimentos, exclusión social, subdesarrollo económico y falta de oportunidades. Por eso, debemos ser mucho más conscientes y respetuosos con el agua que tenemos y disfrutamos, que para otras personas supone la diferencia entre la vida y la muerte. Lamentablemente, no es un recurso infinito, y está en nuestras manos hacer que las generaciones futuras tengan la misma suerte que nosotros”, sostiene Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA.

Esta empresa social, que comercializa agua mineral y dedica el 100% de sus dividendos a construir pozos, tanques de recogida de agua de lluvia y sistemas de saneamiento para proveer de agua potable a poblaciones de países que no tienen acceso a ella, quiere aprovechar la celebración de la Semana Mundial del Agua, que tiene lugar del 23 al 27 de agosto, para concienciar a nuestra sociedad sobre la importancia de practicar un consumo responsable y mantener unos hábitos sostenibles.

Para ello, ofrece estas razones por las cuales los españoles podemos sentirnos afortunados respecto al agua:

  • Agua potable en todos los grifos. Aunque en algunas localidades pueda tener sabor o algún ligero olor desagradable causado por los procesos de purificación, en toda España se puede beber agua del grifo de manera segura en un 99,5% de los casos, ya que cumple con todos los estándares de calidad establecidos por la Unión Europea (salvo incidencias puntuales).

  • Coste asequible para el presupuesto familiar. El precio medio del agua doméstica en España es de 1,84 €/m3, lo que representa menos de un 1% del presupuesto familiar, según AEAS, y está muy lejos de los 9,32 €/m3 que paga un danés o los 7,8 €/m3 de un noruego, si bien existen diferencias que pueden llegar hasta un 500% entre comunidades autónomas según Facua (como ejemplo, una de las ciudades más caras es Ceuta, y una de las más baratas es León).

  • Constante disponibilidad de agua en los embalses. Incluso a mediados de este caluroso mes de agosto, los más de 350 embalses de España, con unos 54.000 hectómetros cúbicos de capacidad total a nuestra disposición, se encontraban al 47% de su capacidad global. Como ejemplo, el mayor de ellos (y el tercero mayor de Europa), en Badajoz, tiene capacidad para albergar 3.220 m3, lo que podría abastecer a toda Extremadura durante 30 años. En los últimos diez años, de media, no se ha bajado de los 20.000 h m3 de reserva en nuestros pantanos.

  • Abundantes manantiales de agua mineral. España es el cuarto país de la UE en producción de agua mineral (por detrás de Alemania, Italia y Francia), y el tercero en consumo. Somos referencia en esta materia y así lo atestiguan los 1.200 millones de euros de facturación de este sector. ¡Y creciendo! Aunque quizá pueda sorprender, las aguas envasadas suponen un 45% del volumen total en litros de bebidas envasadas, lo que significa que los españoles bebemos mucha agua (embotellada y del grifo).

  • Agua embotellada a un precio razonable. Y mientras su consumo aumenta (y cada vez más, desde los 1.450 millones de litros consumidos en el año 2000 a los más de 3.100 en 2020), su precio disminuye, estando actualmente en los 0,20 €/litro de media (después de haber pasado los últimos diez años en un precio estable de 0,21€), lo que facilita, cada vez más, su acceso.

  • Políticas institucionales y subvenciones para mejorar el ciclo urbano del agua. La creciente preocupación por el cambio climático se refleja en la aplicación de diferentes técnicas implementadas por los servicios de agua urbana para minimizar la huella de carbono. El 69% de los operadores cuenta con dispositivos de aprovechamiento energético, el 69% calcula su huella de carbono y el 67% dispone de un plan de mitigación.

  • Campañas de concienciación que funcionan. El consumo medio del agua en los hogares ha disminuido hasta 132 litros/habitante/día, según los últimos datos disponibles (desde los 171 contabilizados en 2001). Esto indica un uso más responsable en el ámbito doméstico, y una mejor educación de las nuevas generaciones.

 

Contacto de prensa: Pablo Martín 678 93 74 46

 
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