La cultura de no tirar nada aprovechable al contenedor se sigue extendiendo. Y esta es la propuesta de la empresa valenciana Las tres sillas, quien busca darle un nuevo aire a los muebles viejos pero no solamente reciclándolos, sino dotándoles de historia, personalidad y utilidades totalmente diferentes a las que estaban destinados. Los emprendedores Patricia Ruiz-Cortina y Juan Vicente Ruiz, licenciada en Ciencias Ambientales por la Universitat de València (UV) y licenciado en Ingeniería por la Universitat Politècnica de València (UPV) son los impulsores de esta compañía dedicada a la recuperación y al reciclaje de piezas de mobiliario.
"Reciclamos piezas de arte antiguas y las convertimos en piezas únicas", explica Patricia. ¿Su intención? Que ningún mueble termine en el peor sitio posible, el vertedero. "Nuestro objetivo es rescatar del olvido todo este mobiliario y que reflejen parte de su historia". Solo llevan medio año en marcha pero ya han conseguido hitos como colocar una de sus piezas en la exposición Rehogar de Makea, en el Jardín Botánico de Valencia, y que incluye creadores internacionales. Para esta exposición fue elegida una mesita de noche construida con tres puertas de armario y que también sirve como espejo si se despliega. "Lo que queremos es frenar la cultura de usar y tirar", apunta Patricia. "Queremos hacerlo de una forma mágica y original, con una imaginación sin límites".
Actualmente tienen un taller-showroom en el barrio de Ruzafa donde realizan los pedidos. Una de sus líneas de negocio es la personalización de piezas que tren sus clientes. Por ejemplo, una madre entregó una silla de 1922 de su bisabuelo. "Quería regalársela a su hijo, le hicimos un boceto y nos apoyamos de artesanos locales para ponerla a punto", destaca. La silla ahora va acompañada de un dosier con la historia de la silla y fotos del antes y el después. "Se trata de poner en valor objetos que incluso están olvidados y de fomentar que los muebles pasen de generación en generación".
Pero no es su única vía. "También hacemos de caza tesoros". Una tienda quería montar una tienda de pastelería creativa con una vitrina de los años 50 en blanco y ellos se encargaron de buscar por rastros y tiendas de segunda mano. "Le enviamos una foto y si le gusta la recuperamos para que la ponga en su tienda y lo llamamos 'Pide un deseo'", apunta. Se trata de piezas con las se sueña y ellos intentan hacerlo realidad.
También tienen muebles restaurados a su gusto bajo el nombre de 'Érase una vez' y 'Adopta un mueble', piezas sin restaurar que el cliente puede pedir que recuperen para él. "Apostamos mucho por la personalización", destaca Patricia. La idea surgió tras llamar al 010 para pedir que recogieran un mueble, preguntara por su destino y le dijeran que la mayoría acaban en el vertedero. "Lo normal es que en los tiempos que corren se planteen soluciones y que la gente sepa que tienen esa posibilidad".
Cuando se presentaron a Operación Emprende, su primer impulso, solo tenían la idea. "Este era mi sueño pero si no me convencía no lo hacía, pero al quedar en el tercer puesto lo respaldaron". A partir de ahí empezaron a crear el modelo de negocio. Además, forman parte del programa Alinea, una iniciativa de Feria Valencia que ha seleccionado a 21 proyectos emprendedores para formarlos, todos dirigidos al sector del mueble y que estarán presentes en Feria Hábitat.
Este programa busca que distintas personas del sector del hábitat, coordinados por Aidima, se unan con arquitectos y diseñadores para revitalizar el sector del muble. "La intención es que estas empresas despeguen mejor y con la fuerza de tener a Aidima respaldándoles", apunta la ambientóloga Patricia. "Para la gente que hacemos productos nos parece muy interesante conocer diseñadores y arquitectos que pueden recomendarte".
Sobre la cultura del reciclaje en Valencia destaca que se va instaurando poco a poco, aunque en Barcelona tiene velocidad de crucero. Sin embargo, destaca que somos una tierra con un gran sector del mueble y hay muchas piezas en las casas de madera maciza que es una pena tirarlas y cada vez más diseñadores intentan encajarlas. "Buscan un mueble en la casa que rompan las líneas rectas".
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Fuente: ValenciaPlaza.