aprende opinaNos hemos gastado todo el capital natural del año y desde el 20 de agosto vamos a vivir de prestado. Es decir, capturando peces por encima de su tasa de reposición, emitiendo CO2 que los bosques no pueden asimilar, etc. Así lo ha establecido recientemente la organización Global Footprint Network (Red Global de la Huella Ecológica), que también proporciona el interesante concepto de países deudores y acreedores ecológicos, según si su consumo es mayor o menor de la productividad total de sus ecosistemas. 

Un ejemplo de país deudor es Japón, que necesita más de siete japones virtuales para abastecer a su población. Por el contrario, Brasil es tan enorme y tan rico (no hay más que pensar en la Amazonía) que es país acreedor, consume menos que el equivalente de la productividad total de su territorio.

Esta pauta se repite a diferentes escalas. Por ejemplo, la comunidad de Madrid es fuertemente deudora, mientras que Extremadura, abundante en biodiversidad y con menos densidad de población, lo es mucho menos o incluso es acreedora. España en conjunto necesita tres españas virtuales para alimentar su estilo de vida. El problema es que el planeta Tierra en conjunto es deudor, y está consumiendo el equivalente a una Tierra y media, a base de gastar recursos sin reponerlos.

Esto nos lleva a nuestra huella ecológica personal: ¿es de un tamaño razonable o es totalmente insostenible? Responder a esta pregunta equivale a calcular cuántos planetas Tierra se necesitarían si los 7.000 millones de seres humanos que alentamos tuvieran nuestro mismo estilo de vida. Para calcular su huella ecológica particular, puede utilizar esta web.

 

Global Footprint Network

Fuente: "Señales de sostenibilidad", boletín informativo de Fundación Vida Sostenible.

 

 
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