Cada cierto tiempo la Red emprendeverde de la Fundación Biodiversidad da a conocer distintas experiencias de éxito desarrolladas por emprendedores. Este mes de mayo nos proponen cuatro iniciativas más: iConcept, material de oficina responsable, AUARA, agua mineral con valores medioambientales, Seabin, recogida de basura flotante en el mar, y Eko-REC, vida nueva para el PET.
iConcept / Concepto - i es uno de esos modelos de negocio que surgen de necesidades del mercado. En este caso fue la búsqueda de una pizarra de diseño que además fuese multifuncional, lo que llevó a Lola Palacio a poner en marcha una solución a través del diseño, fabricación y comercialización de vidrio multifuncional, que además fuese responsable con el medio ambiente.
La idea de negocio comenzó en 2012 con pizarras rotulables y magnéticas, a la que fueron añadiendo otras características como la capacidad de ser proyectables, retroiluminables, interactivas y aptas para videoconferencias. Su valor ambiental se encuentra en el uso de materiales sostenibles y en la utilización de procesos desde el reciclado, como los borradores de su “cristal mágico”. Además, su último producto innovador consiste en unos post it responsables que pueden reutilizarse llamados Lets Go.
Vender agua mineral embotellada en botellas hechas de plástico PET procedente del reciclaje para poder llevar agua a países en los que aquella es un bien de primera necesidad es la razón de ser de AUARA. Un proyecto emprendedor sin ánimo de lucro, con unos claros objetivos sociales. En palabras de Antonio Espinosa, su director general, “AUARA existe por y para su fin social, que es llevar agua potable a personas que no la tienen”. Junto a ese valor social está el medioambiental: el equipo de AUARA quiere reducir al máximo el impacto del embotellamiento de agua y por eso son la primera marca de agua en Europa que fabrica sus botellas con un 100 % de material reciclado.
Desde 2015, año en el que se pone en marcha la iniciativa, han podido desarrollar proyectos en países como Benín, Camboya, Haití y Camerún, trabajando siempre “con socios locales, porque para nosotros es fundamental contar con una estructura local que conozca bien el lugar de actuación, que sea parte de la comunidad local y que nos garantice que podemos hacer un seguimiento del proyecto a largo plazo.”
De momento solo puede comprarse agua AUARA en España a través de grandes distribuidores, establecimientos de hostelería y en su propia tienda online. Solo de septiembre a diciembre de 2016 facturaron 100.000 euros y sus previsiones para este año son alcanzar la cifra de 1.200.000 euros. ¿Sus retos inmediatos? “Alcanzar un volumen de ventas y una presencia en distribución a nivel nacional que nos permita desarrollar un volumen importante de proyectos todos los años y que cualquier persona en España pueda tener una botella de AUARA”.
Andrew Turton y Pete Ceglinksi son los padres de Seabin, una iniciativa para instalar papeleras (seabins) de recogida para los residuos que flotan en el agua del mar. El proyecto fue presentado por estos australianos en el Real Club Náutico de Palma de Mallorca en otoño de 2015. “Vamos a poner en marcha el período de prueba con nuestros puertos pilotos para asegurarnos de que todo funciona como debe, antes de lanzarnos a la producción, venta y distribución de las seabins”, comenta Sergio Ruiz Halpern, director científico de Seabin.
En total son seis los puertos pilotos (Port Adriano en Mallorca, La Grande Motte en Francia, Porto Montenegro en Montenegro, un puerto en Helsinki, en la Isla Bermuda y en San Diego (California)) en los cuales, durante estos días, se están instalando las seabins que funcionarán como puntos de un sistema automatizado de recogida de la basura flotante. Las versiones demo de las papeleras están hechas con fibra de vidrio y la primera partida de papeleras se hará con plástico, aunque los impulsores del proyecto esperan fabricar “la segunda generación de seabins con los plásticos recogidos por la primera generación”.
Además de la labor de limpieza de las seabins, estos emprendedores quieren incorporar los desechos recogidos al ciclo productivo. “Queremos trazar el destino de los desechos capturados por las seabins y asegurarnos de que, en la medida de lo posible, no acaben ni en el vertedero ni incinerados, sino que sirvan para producir nuevos productos”, recalcan.
Lograr un mundo más sostenible convirtiendo residuos en recursos es, en palabras de Santiago Barba Vera, el objetivo de Eko-REC. La actividad de la empresa se basa en la conversión de botellas PET en láminas PET que se usan después en el sector de la alimentación y en fibra de poliéster destinada al sector de la automoción y al textil. “Se trata de un modelo absolutamente único en Europa: somos el único grupo que aúna el reciclaje de botellas PET con su transformación en las propias instalaciones”, puntualiza su director general.
El compromiso con la innovación es uno de los sellos del proyecto, en el marco del cual desarrollan diferentes iniciativas que buscan aportar valor dentro del modelo de la economía circular. Prueba de ello es el uso que dan a las redes de pesca para la elaboración de diversos productos y la conversión, en marcha, de su unidad de I+D en centro de investigación sobre reciclaje. Un centro que quieren convertir en “el principal centro de investigación sobre reciclaje terrestre y marino de Europa”.
Con una trayectoria de solo cinco años, la empresa mantiene 110 empleos directos y factura 16 millones de euros anuales. Su apuesta por la economía circulareconomía circular es rotunda. “Queremos, de alguna manera, liderar el cambio hacia la economía circular –añade Santiago –. Y entendemos que eso pasa por seguir creando riqueza y generando empleo y también por inspirar a otras compañías”.
Conoce más sobre estas experiencias de emprendedores verdes en las entrevistas a iConcept, AUARA, Seabin y Eko-REC.