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FCC, que hace dos años cerró con éxito dos emisiones de Aqualia por 1.350 millones de euros, quiere repetir la misma jugada con el negocio de servicios medioambientales. Según las fuentes financieras consultadas, el grupo español controlado por Carlos Slim trabaja en una macroemisión que podría lanzar, si las condiciones del mercado lo permiten, a partir de octubre de este año. Con esta operación, FCC daría una nueva vuelta de tuerca al capítulo financiero para reducir el peso de la deuda corporativa y distribuir la carga financiera sobre las unidades de negocio de manera independiente.

Simplificacion FCC Carlos Slim

En el mercado calculan que, como mínimo, FCC podría captar 1.000 millones de euros sobre una actividad que el año pasado generó una cifra de negocio de 2.822 millones de euros y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 441 millones. Es, con diferencia, la división más grande de la empresa. En términos de deuda sin recurso, representa unos 360 millones de euros, a los que habría que sumar una parte muy relevante de la deuda corporativa de la compañía, que ascendía a 741 millones a finales de 2018.

Entre los bancos que trabajan con FCC figuran Santander y Société Générale, aunque no se descarta la participación de más entidades como ocurrió en la colocación de los dos bonos de Aqualia. En esa emisión, cerrada con éxito en 2017, FCC también contrató los servicios de BBVA, HSBC y CaixaBank.

Desde FCC no han querido hacer comentarios sobre la emisión de bonos y se remiten a la propuesta aprobada en la última junta de accionistas, el pasado 8 de mayo. En esa asamblea, la compañía acordó "agrupar toda la línea de negocio de servicios medioambientales y gestión de residuos bajo una entidad independiente". Entre los objetivos pretendidos por la compañía figuraba "facilitar la captación de financiación externa de FCC Medio Ambiente en el futuro, a través de la atracción de posibles financiadores o inversores interesados en una concreta línea de negocio medioambiental, claramente separada del resto de actividades actualmente desarrolladas por FCC".

La constructora ha elegido bien el momento para hacer debutar a su filial de servicios en el mercado de bonos. Los últimos movimientos del Banco Central Europeo y las perspectivas de un periodo más amplio de lo previsto de políticas monetarias ultralaxas y tipos de interés bajo mínimos han rebajado aún más los costes de financiación de las compañías a través de deuda cotizada.

La empresa y sus bancos asesores quieren aprovechar la bonanza del mercado para vender los bonos en las mejores condiciones y teniendo que pagar el mínimo interés posible a cambio. Y la liquidez en la que nadan los inversores, con mucho dinero en el bolsillo y pocas oportunidades de invertirlo en activos que den algo de rentabilidad extra, ha disparado la demanda de las colocaciones corporativas en los últimos dos meses, lo que ha permitido a las empresas ajustar los precios que abonan.

Abertis es un ejemplo. La compañía concesionaria salió al mercado a principios de mes y colocó 1.300 millones de euros en bonos a seis y 10 años pagando a cambio un tipo de interés que fue casi la mitad del que tuvo que abonar en sus emisiones de abril. No es la única. Telefónica realizó en junio una colocación privada con la que consiguió financiación a 20 años con un cupón inferior al 2%, casi el mismo precio de la operación a 10 años que hizo en marzo. FCC quiere unirse a esta ola.

En 2017, FCC logró colocar la emisión de bonos de su filial de agua con intereses entre el 1,4% y el 2,6%, a cinco y diez años. Con el dinero amortizó parte de los 4.500 millones de deuda. Según los expertos consultados por EXPANSIÓN, las condiciones del mercado han mejorado, pero se trata de activos diferentes. Aqualia disfruta de ingresos estables sobre contratos a muy largo plazo, mientras que los contratos de tratamientos de residuos y de limpieza del área medio ambiental son más cortos: "Mientras que la valoración de una empresa de agua se mueve en múltiplos de ebitda de hasta 16 veces, los servicios medioambientales se reducen a seis o siete veces".

Si FCC saca adelante esta emisión podría convertirse en la antesala de otro movimiento corporativo con la entrada de un inversor en la capital, replicando la operación de venta del 49% de Aqualia al fondo australiano IFM, que le generó unos ingresos extraordinarios de 1.000 millones.

Mejor en España que en el exterior

El área de medio ambiente de FCC es la más grande de la empresa. Hasta marzo de este año, elevó la cifra de negocio a 703 millones de euros, con un ebitda de 102 millones, lo que representa unos márgenes superiores al 14%. Entre las geografías más rentables y dinámicas de la división destaca España, que representa más de la mitad de la facturación y donde la empresa ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años. El negocio de tratamiento de residuos y limpieza en los ayuntamientos ha mejorado sensiblemente desde que Hacienda puso en marcha el plan de pagos a proveedores y se redujo a la mínima expresión la morosidad en el sector. A finales del año pasado, la compañía llevó a cabo una reorganización de la cúpula directiva de la división con la salida de Agustín García Gila, que era presidente de la filial y uno de los directivos históricos de FCC. Las riendas del negocio las llevan ahora Jordi Payet y Tomás Núñez. FCC, que presentará los resultados semestrales a finales de este mes, ha experimentado un profunda mejoría que le ha permitido, entre otras medidas, recuperar el pago del dividendo.

 

Fuente: Expansión

 

 
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