Hoy 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad. La felicidad es un deseo universal que dependiendo de la persona puede tener diferentes significados, pero actualmente la sociedad se enfrenta a temas complicados como guerras, desigualdades y problemas medioambientales, que merman nuestra felicidad global. Son estos últimos los que más quebraderos de cabeza nos dan, pero debemos pensar que podemos ser felices de manera sostenible en nuestro día a día. El buen estado del medio ambiente de una zona genera bienestar, y con ello felicidad entre sus habitantes.
Gran cantidad de estudios indican que las personas que tengan “auténtica felicidad” poseen mejor salud, seguridad, creatividad, productividad, fuerza y resistencia. Así gran parte de la población prefiere vivir en una sociedad feliz que en una rica. Esta felicidad deriva de las relaciones humanas con familiares y amigos, un buen ambiente de trabajo y un compromiso con la comunidad, en lugar de conformarnos con los bienes materiales, y donde se le da mayor importancia a las relaciones con todos los componentes del medio que a los aspectos materiales. También se ha visto reflejado en diferentes encuestas que cuando las necesidades básicas para la vida están cubiertas, un aumento de salario no aumenta de manera proporcional la felicidad del individuo.
Tal y como dijo Ban Ki-moon, exsecretario general de la ONU, para alcanzar la felicidad todos debemos trabajar y luchar por conseguir nuestras metas, poniéndole fin a conflictos como la pobreza y otras circunstancias desafortunadas en las que podemos llegar a encontrarnos. Este tipo de reflexiones se han visto en diferentes lugares como en Uruguay cuando el expresidente José Mujica dijo “El primer elemento del medio ambiente es la felicidad humana. Si queremos tener futuro como seres humanos debemos cambiar nuestra forma de actuar y cuidar de nuestro planeta, que es el hogar donde vivimos. No tenemos a donde ir si destruimos este hogar. Por ello, tenemos que coger las riendas de nuestro destino; en estos momentos no gobierna el hombre, sino las fuerzas desatadas por él; es un problema político, la globalización gobierna al hombre y no el hombre a la globalización”.
Atendiendo a los problemas que rodean al planeta y a nuestra sociedad surge el concepto de felicidad sostenible. La felicidad sostenible o sustentable puede servir de referencia para saber las consecuencias a largo plazo que tienen nuestras acciones y decisiones que se toman día a día. Considera indicadores sociales, medioambientales y económicos para que la felicidad comunitaria sea sustentable en todos los ámbitos presentes y futuros. Esta filosofía de vida apoya las conexiones que existen entre las personas y otras especies y el medio ambiente.
Fuente: Greenteacher.