Dos explosiones en sendas plantas químicas del gigante alemán BASF en el oeste de Alemania han dejado al menos dos fallecidos y dos desaparecidos. La química acumula 16 interrupciones de la producción en algunas de sus plantas alemanas en lo que va de año, frente a los 13 incidentes registrados en el conjunto de 2015. La propia empresa pidió a los vecinos "evitar permanecer en espacios abiertos y mantener las puertas y ventanas cerradas" debido a dificultades para respirar.
El suceso más grave es el de Ludwigshafen, donde se produjo una fuerte detonación a las 11.30 hora local (09.30 GMT) en unas conducciones del puerto norte, donde la factoría de BASF se abastece de gas y petróleo, suceso por el que la empresa ha informado hasta el momento de "dos muertos, seis heridos graves y varios desaparecidos". Además, las autoridades en Ludwigshafen pidieron que los niños de colegios y guarderías de la zona no salgan al aire libre después de que varios vecinos denunciasen problemas para respirar a raíz de la fuerte deflagración, que provocó un aparatoso incendio.
Tal y como explica la empresa en un comunicado, "durante unos trabajos en unas tuberías se produjo una explosión que resultó en un incendio". La explosión causó una densa nube de humo negro que se elevó sobre Ludwigshafen y motivó un fuerte despliegue de equipos de bomberos y ambulancias.
El suceso de Lampertheim, a apenas 30 kilómetros de distancia de Ludwigshafen, tuvo lugar en una planta de aditivos para plásticos y consistió en la explosión de un filtro, por motivos por el momento no aclarados, un incidente que no ha supuesto la expulsión de químicos peligrosos a la atmósfera, según los medidores de contaminantes de la empresa.
Fuente: modificado de Expansión.