La Agencia Estatal de Meteorología realizó, mediante el programa radiofónico Hoy por hoy de Vitoria, un llamamiento para reclutar nuevos corresponsales meteorológicos en Álava. En el programa se narra también la experiencia de tres de las actuales colaboradoras del territorio: Begoña Zurbitu –de Izarra-, Mª Ángeles Arrízala –de Arriola-, y Leire Fagoaga – de Ollávarre-.
AEMET recoge en sus archivos que el primer corresponsal meteorológico que tuvo la actual Agencia Estatal de Meteorología en Álava fue en 1912, en la localidad de Manurga. Hoy día cuenta con 26 colaboradores y necesita más. Sus registros de temperatura o pluviometría son imprescindibles para los informes climatológicos de la Agencia.
Cuenta Íñigo Caballero, de AEMET en el País Vasco, que sólo se necesita un espacio amplio y despejado de viviendas o arbolado, registrar las mediciones una vez al día por la mañana –preferiblemente a la misma hora- y regularidad y constancia. La Agencia suministra todo el material necesario y el colaborador recibe una pequeña gratificación anual; además, puede disponer de los datos que recoja para su uso personal.
Caballero refiere algunas de esas informaciones curiosas que la Agencia atesora gracias a las aportaciones de sus corresponsales, como la gran nevada que cayó en el Santuario de Estíbaliz en enero de 1944 o los 80 litros de agua que cayeron en 24 horas un 26 de agosto de 1942 en Salvatierra.
Corresponsales con solera
En Arriola (Aspárrena) la encargada de medir si llueve, graniza o nieva para AEMET es María Ángeles Arrízala. Su cuñado empezó a hacerlo en el año 1965 y un poco más tarde le cedió el testigo al marido de María Ángeles. Ahora es su nieto de 6 añitos el que suele acompañarla para hacer los registros.
Y en Izarra, cada mañana a la misma hora Begoña Zurbitu acude a su estación meteorológica –rodeada de plantas y flores- para apuntar cómo sopla el viento, si ha llovido y temperaturas varias. También lo lleva haciendo décadas y le encanta.
Menos tiempo –no llega a un año- lleva colaborando con AEMET Leire Fagoaga. Se enteró de este asunto de la corresponsalía meteorológica por un profesor de la universidad, en Ciencias Ambientales, y recomienda la experiencia.
Fuente: SER Euskadi