Un ambientólogo participará en la redacción del proyecto técnico que enterrará en un sarcófago de hormigón 8.760 toneladas de fangos contaminados procedentes de la depuradora de Ferreries. Esta planta ha recibido durante más de un lustro vertidos incontrolados de la industria bisutera, que con frecuencia han llegado al mar a través del torrente que desemboca en la playa virgen de Trebalúger.
Los análisis realizados por la Agencia Balear del Agua (Abaqua) en los lodos depositados en una de las cinco lagunas de la depuradora de Ferreries detectaron una elevada presencia de metales pesados como el mercurio, el arsénico y el zinc. Dado que tienen un fuerte poder contaminante, la llegada de estas sustancias a los acuíferos o al subsuelo podría constituir un delito ecológico penado por la Ley.
Los servicios técnicos de Abaqua elaboraron el pasado mes de febrero un informe en el que plantearon distintas alternativas para resolver este problema. Una de las soluciones estudiadas pasaba por enviar los lodos a un vertedero de residuos peligrosos de la Península, dado que en Baleares no existen instalaciones adecuadas para proceder a su descontaminación.
Sin embargo, esta opción ha sido descartada por su elevado coste: se trata de más de 8.000 toneladas de fangos que deberían ser trasladadas por vía marítima -desde los puertos de Mahón o Ciutadella- en compartimentos herméticos.
Por este motivo, Abaqua ha optado por una solución más económica. Según ha explicado la nueva directora general de Recursos Hídricos del Govern, Joana Maria Garau, se trata de "encapsular" los fangos en un sarcófago de hormigón, para evitar que se produzcan filtraciones contaminantes en el subsuelo. El sarcófago se ubicará, probablemente, en el mismo emplazamiento de la depuradora, en la carretera que une Ferreries y Es Migjorn.
Abaqua ha convocado un concurso para adjudicar, por 51.000 euros, la redacción del proyecto técnico para diseñar esta obra. La pasada semana concluyó el plazo para la presentación de ofertas. Al menos un geólogo y un licenciado en Ciencias Ambientales participarán en la redacción del proyecto, que debe estar concluida antes de siete meses.
Ya en 2012 el GOB difundió un estudio elaborado por la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el IMEDEA, según el cual la presencia de metales pesados era más elevada en la playa de Trebalúger (donde se arrojan las aguas residuales de la depuradora de Ferreries) que en el interior de los puertos de Mahón y Ciutadella.
Fuente: El Mundo.