En opinión de la mayoría de los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, los objetivos de reciclado 2030 presentados el pasado mes de julio por la Comisión Europea (CE) dentro del "paquete de la economía circular" son demasiado ambiciosos.
Esta semana los ministros han celebrado un primer debate público, en Luxemburgo, sobre la Propuesta de Directiva por la que se modifican seis Directivas relacionadas con residuos, y su correspondiente evaluación de impacto. Dicha Propuesta fue publicada por la Comisión Europea (CE), el pasado 2 de julio, dentro del "paquete de la economía circular".
En concreto, la Propuesta revisa los objetivos de gestión de residuos establecidos en las Directivas 2008/98/CE sobre residuos, la 96/62/CE sobre envases y residuos de envases y la 1999/31/CE relativa al vertido de residuos, con el fin de hacer a Europa más competitiva y reducir la demanda de recursos costosos y escasos. Además de responder a la obligación de revisar diversos objetivos de la gestión de residuos, también aborda la situación existente de acuerdo con los objetivos de la Hoja de ruta sobre el uso eficiente de los recursos y el 7º Programa de Acción Medioambiental (7º PAM). La Propuesta prevé objetivos de reciclado de residuos del 70% para los residuos municipales y del 80% para los residuos de envase en 2030, prohíbe enterrar residuos reciclables en vertederos a partir de 2025 y establece objetivos de reducción de los residuos alimenticios. La Propuesta tiene también el objetivo de simplificar los requisitos de información, armonizar las definiciones y métodos de cálculo, establecer requisitos mínimos de la responsabilidad ampliada del productor y poner en marcha sistemas de alerta rápida para vigilar el cumplimiento de los objetivos.
El debate de los ministros se basó en tres preguntas preparadas por la Presidencia del Consejo de la UE:
Los ministros de Medio Ambiente dieron la bienvenida a la Propuesta de la Comisión Europea, la cual consideraron que era acorde con el 7º PAM y los objetivos de la Estrategia 2020. Sin embargo, expresaron su preocupación sobre la ambición de la Propuesta y pidieron objetivos reales y alcanzables en reutilización, reciclado y depósito en vertederos. Los representantes de los Veintiocho también subrayaron la necesidad de considerar las especificidades de los Estados miembros y los diferentes niveles de mejora logrados y situaciones de partida.
Muchos de los Estados miembros más rezagados criticaron a la Comisión Europea por basar los objetivos propuestos tan ambiciosos en la experiencia de países que han logrado los mayores avances en materia de reciclado. Este enfoque fue reconocido por el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.
El representante de Hungría, concretamente, aseveró que esto "no era justo" y agregó que los costes involucrados en el cumplimiento de los objetivos propuestos no serían proporcionales a los beneficios que se esperan conseguir.
Por su parte, el delegado de La República Checa afirmó que el objetivo de reciclado de residuos municipales del 70% era demasiado elevado pues algunos Estados miembros ni siquiera cumplirán con los objetivos 2020. "Deben considerarse objetivos indicativos", añadió.
Eslovaquia manifestó que apoyaría la propuesta si el plazo para alcanzar los objetivos fuera ampliado.
El carácter ambicioso de la Propuesta también fue cuestionado por los Estados miembros más avanzados, entre ellos, Austria, Alemania y Finlandia. Irlanda, se sumó a ellos. Para Alemania, "los nuevos objetivos cuantitativos no deben alejarse tanto de la realidad que parezcan inalcanzables a pesar de los esfuerzos que se hagan". Finlandia apuntó que el coste y el impacto medioambiental del reciclado serían más altos en países con poblaciones más dispersas.
Los Países Bajos y Suecia apoyaron el nivel de ambición de la Propuesta legislativa. Dinamarca dio la bienvenida a la estrategia como una "extensión acorde" con sus propios planes de gestión de residuos, pero señaló que el nivel de ambición era "muy, muy elevado".
Algunos Estados miembros solicitaron una mejor política de producto para prevenir la generación de residuos, incluso a través de la Directiva sobre ecodiseño. Reino Unido, Países Bajos, Hungría, Lituania, Bulgaria, Bélgica, Grecia, Francia y Eslovaquia pidieron en este ámbito más actuaciones, y algunos señalaron que la propuesta de la Comisión se centra demasiado en la gestión de residuos en vez de en la prevención.
Austria y los Países Bajos solicitaron un mayor énfasis en el reciclado de alta calidad. Varios Estados miembros, incluyendo Reino Unido, Chipre y Lituania, advirtieron que unos objetivos de reciclado muy ambiciosos podrían repercutir negativamente en la calidad de los productos reciclados. "El mercado no desea un reciclado de baja calidad", aseguró el delegado del Reino Unido.
Varios Estados miembros solicitaron más medidas a favor de la reutilización, con Dinamarca argumentando que "algunos Estados miembros hacen mucho en materia de reutilización de envases y no reciben ningún reconocimiento por sus esfuerzos". Finlandia e Irlanda sugirieron un objetivo combinado en reutilización y reciclado. Finlandia también solicitó políticas de apoyo a la producción de biocombustibles a partir de residuos.
En cuanto a los residuos alimenticios, en cuyo ámbito la Comisión Europea propuso un objetivo del 30%, los ministros de Medio Ambiente tomaron posturas distintas. Algunos dijeron que era imposible fijar un objetivo hasta que no hubiera un acuerdo en torno a una definición clara de "residuos de alimentos". Asimismo, la falta de datos sobre la gestión actual de estos residuos también podría representar un problema para algunos países. Francia y Suecia respaldaron en esta cuestión el establecimiento de un objetivo ambicioso.
Los ministros expresaron la necesidad de aclarar mejor ciertas cuestiones, como la metodología de cálculo y las definiciones. La idea detrás del sistema de alerta rápida propuesto fue, en general, bienvenido, si bien el Consejo considera que se necesita más trabajo al objeto de reducir al mínimo la carga administrativa y financiera para los Estados miembros.
Los ministros también expresaron su preocupación por la frecuencia propuesta para la presentación de informes.
La reacción del comisario europeo de Medio Ambiente
El comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, se despidió este martes de los representantes de los países de la UE con un duro discurso en el que lamentó que viesen las metas medioambientales como "problemas" y no como "oportunidades", ante la gran división en el debate sobre residuos.
Durante la discusión, los Veintiocho mostraron sus grandes reticencias ante la propuesta presentada por la Comisión Europea (CE) en julio para reforzar la legislación vigente sobre residuos como los urbanos o los alimenticios con la introducción de objetivos.
"Si lo veis como un problema, por supuesto este es el mayor problema", dijo Potocnik a los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, y consideró que metas como las discutidas esta martes para minimizar y aprovechar mejor los residuos son una "oportunidad para los Estados rezagados". "Puede verse como una gran carga, pero si se ve como una oportunidad, es una de las mayores oportunidades", insistió en la rueda de prensa celebrada tras la primera sesión de trabajo del Consejo de Medio Ambiente de la UE. "No tengo la sensación de que todo el mundo entiende esta historia desde este punto de vista, pero es importante que todo el mundo empiece a hacerlo, porque es esencial para la coherencia de las políticas de medio ambiente", señaló.
Durante el debate, Potocnik recordó que fueron los Estados miembros, junto con el Parlamento Europeo (PE), los que "pidieron" a la CE que presentase nuevas medidas para reducir los residuos. "Como en muchas cosas, acordar los principios es más fácil que acordar las propuestas concretas. Entonces vemos lo que es verdaderamente difícil", apostilló.
El comisario se refirió al objetivo específico para residuos alimenticios, que pretende reducir del 30% al 21% la comida que acaba en la basura de aquí a 2025, uno de los puntos que más oposición encontró entre los países. "Es inmoral y económicamente un desastre", indicó el comisario europeo.
La propuesta de la CE plantea aumentar el reciclado o la reutilización de los residuos municipales al 70% en 2030 y el de los envases hasta un 80%, así como que se impida de manera gradual la acumulación de desechos reciclables en vertederos, entre otras medidas.
Varios países destacaron sus dificultades para asumir las metas propuestas, así como que los socios parten de situaciones muy distintas.
Muchos de los Estados miembros han dicho que los objetivos que se plantean en muchos casos son bastante inalcanzables y que por tanto habría que estudiarlos más, explicó la consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano, presente en el encuentro en representación de todas las Comunidades Autónomas españolas. "Nosotros creemos que hay que tener objetivos que se puedan cumplir, pero también objetivos con altas miras", añadió Soriano.
España defiende que de entrada se acuerde una metodología unificada para la evaluación de la situación de cada país y de sus esfuerzos respecto a los residuos, tras lo que habría que discutir los objetivos propuestos, a los que a priori mantiene la puerta abierta, señalaron fuentes europeas.
Publicado en Fundación para la Economía Circular.