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La empresa VolkerWessels está planificando instalar en la ciudad de Róterdam una carretera hecha de de plástico. En un principio, todo son ventajas: sería reciclable, económica, duradera y polivalente, con un único aspecto negativo: el ámbito de la seguridad.

La idea no es fabricar plástico para crear estas carreteras sino aprovechar botellas y material reciclable que recogerían principalmente en océanos para conseguir un material que dice la empresa que tiene una vida útil de hasta tres veces la del asfalto actual.

 

Diseño duradero y polivalente

Una de las principales es el coste e instalación, que permitirá gestionar de una vez y de manera más polivalente las infraestructuras que suelen ir por debajo de las carreteras, especialmente en ciudades. La fabricación se realizaría en bloques o piezas que luego serían montadas de forma sencilla y rápida en el lugar de destino. Esta flexibilidad, junto con una duración más larga, son la base para que el fabricante diga que es una solución más económica (a largo plazo), no en la primera instalación.

El diseño se podría adaptar a las necesidades de cada zona, tanto para conductos como sistemas de drenaje de agua o incluso sensores específicos que en la era del IoT o el coche conectado son esenciales.

El principal reto que tiene VolkerWessels antes de la instalación de un tramo de prueba en Róterdam es asegurar que el plástico es seguro en caso de calzada mojada o con suciedad, algo que no es negociable.

 

Fuente: modificado de Xataca.

 

 
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