oopinionLa conservación del medioambiente es en la actualidad un asunto que parece haber quedado aparcado de los medios de comunicación y de la apuesta política en general eclipsados por la crudeza económica que atravesamos.

En consecuencia la falta de ayudas económicas para la protección de nuestro entorno natural se ha visto mermada reduciendo a su mínima expresión sectores clave como el de las energías renovables, la gestión de residuos o la investigación en el campo medioambiental.

Esta situación esta dificultado claramente la ejecución de nuevos proyectos, la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con la conservación y protección del medioambiente. En este escenario las patentes juegan un papel fundamental por ser la mejor vía de rentabilizar las inversiones realizadas en I+D+i. Ofrecen un monopolio sobre el fruto de este esfuerzo que puede, o bien explotarse directamente, o licenciarse a terceros a cambio de una compensación económica.

Por tanto, la consecución y uso de patentes que ofrezcan mejoras en la conservación medioambiental es una de las vías que deben potenciarse para lograr, no solo vialidad y rentabilidad económica de los proyectos empresariales, de conservación e investigación, sino un beneficio para toda la sociedad.

En Protectia creemos firmemente en ello y en consecuencia ofrecemos mensualmente, desde hace años y de forma gratuita a través de nuestra web, boletines de patente verdes para promocionar el uso de la propiedad industrial y ofrecer una información puntual y esquemática sobre los avances y novedades de sector medioambiental en España.

Esta iniciativa se debe a que una de las principales dificultades que encontramos en nuestro día a día profesional es la falta de una cultura en materia de propiedad industrial y el desconocimiento del funcionamiento y utilidad de las patentes. En las siguientes líneas voy a tratar de mostrar unas sencillas nociones que ayuden a ponerse en situación a cualquier interesado en materia de patentes.

Lo primero que debe saberse es que las concesiones de patentes son territoriales, y por tanto, es cada estado quien otorga el monopolio de forma independiente y por tanto hay que seguir un trámite en cada país, aunque es bueno saber que existen algunos acuerdos internacionales para abaratar y facilitar una tramitación internacional.

Para iniciar el trámite es necesario realizar una solicitud de patente de invención en la que se incluya una memoria descriptiva del objeto patente.

En la elaboración de esta memoria debe ponerse especial cuidado en el punto destinado a las reivindicaciones, ya que en él han de quedar plasmados las condiciones y términos para los que solicitamos que el estado nos otorgue monopolio.

Una vez la solicitud es admitida se le otorga una fecha de solicitud, que será el equivalente a su fecha de nacimiento, y el punto de partida y referencia de cualquier trámite posterior, así como de la validez de la patente.

Dada la complejidad que conlleva crear una solicitud que brinde adecuada protección a una invención es muy recomendable contar con una agencia de propiedad industrial que asesore en el proceso y con su experiencia elabore, en coordinación con el inventor, la memoria descriptiva de la patente.

Además, un profesional debe asesorar sobre lo que puede y no puede patentarse y realizar una evaluación de la viabilidad de la patente. Aclarar en este término que no es posible patentar una idea como tal, lo que se protege es la materialización práctica de la misma en forma de solución técnica a un problema técnico. Además, estas soluciones técnicas han de cumplir 3 requisitos básicos:

Que sean nuevas: que no se hayan dado a conocer al público con anterioridad a su fecha de solicitud ni en España ni en el extranjero (novedad internacional).

Que impliquen actividad inventiva: que la invención no resulte del "estado de la técnica" de una manera evidente para un experto en la materia. El estado de la técnica comprende todo lo relacionado con el objeto de la patente que ha sido dado a conocer al público con antelación a la fecha de solicitud de la patente.

Que tengan aplicación industrial: que el objeto de la patente pueda ser fabricado o utilizado en cualquier clase de industria.

Su concesión otorga protección durante un período máximo de 20 años improrrogables. Por último, es interesante conocer que desde el momento en que se solicita una patente se dispone de 12 meses para extenderla a cualquier otro país o acuerdo internacional.

Para finalizar comentar que apostar por un modelo de desarrollo medioambiental basado en la investigación público-privada que transforme su fruto en patentes, es una de las vías más claras para superar la situación en que nos hallamos inmersos. Los proyectos en materia medioambiental que surjan así, serán competitivos, generarán ingresos y empleo, y por tanto debe ser el camino a seguir para que la sociedad en general se beneficie de ellos.

 

Perfil del autor: Luis Naranjowww.protectia.eu

 
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