La sierra de Guadarrama y, en particular, el Alto Manzanares, atesoran una elevada biodiversidad.
Es el caso de las mariposas diurnas, de las que existen al menos 130 especies, el 55% de las presentes en la Península Ibérica, mientras que de la diversidad vegetal se conocen 2.200 especies de plantas de las que al menos 1.400 vegetan en esta zona de la sierra. Y continúan descubriéndose nuevos taxones, tanto de plantas como de animales. Es el caso de numerosas especies vegetales en los últimos años, con poblaciones pequeñas y localizadas. Sin embargo, son numerosas las especies en mal estado de conservación o de las que se sabe poco.
La Asociación Reforesta pretende mejorar el conocimiento disponible y contribuir al aumento poblacional de las mariposas y de las plantas nutricias, es decir, la fuente de alimento de las orugas. Con este fin ha obtenido de la Comunidad de Madrid los permisos para la recogida de semillas de 16 especies herbáceas. De estas semillas saldrán los ejemplares que plantaremos en 2025.
Para ello está organizando jornadas de campo que cuentan con la participación de voluntarios. Hasta la fecha ya se han realizado tres convocatorias con participación de voluntariado y están previstas varias más hasta concluir el proyecto. Este trabajo no sería posible sin su colaboración, así como la de los socios y financiadores de la ONG. Además, Reforesta trabaja ya en la obtención de fondos que complementen a los recursos propios aportados para el lanzamiento de esta acción de conservación.
Esta iniciativa se complementa con otras iniciadas por Reforesta a lo largo de la última década y que continúan hoy día. Es el caso de la plantación de especies nutricias en la red de charcas para proteger a los anfibios que Reforesta ha creado y mantiene en la zona, entre las cuales figuran arraclanes, aligustres, majuelos, endrinos o manzanos silvestres. Árboles como el abedul, el álamo temblón o el madroño, de los que Reforesta ha plantado cientos de ejemplares en otros puntos de la Sierra de Guadarrama y su piedemonte también favorecen a los lepidópteros y a otros invertebrados.
A comienzos del siglo XX gran parte de la sierra de Guadarrama estaba deforestada como consecuencia de la tala, la quema, el sobrepastoreo y la erosión. En la actualidad las principales amenazas son el intenso uso público, el calentamiento global y las especies invasoras. Siglos de degradación han dañado notablemente a la fauna y flora de estas montañas.
Como ejemplo, hoy tan sólo persisten 19 ejemplares de la bella hierba de la Primavera (Primula elatior subsp. Intricata). Otro caso es el madroño, antiguamente más frecuente en los montes del Alto Manzanares, de los que el libro de la Montería de Alfonso XI dice que son “buen monte de oso en tiempo de madroño”; además perduran numerosos topónimos que atestiguan su presencia. Actualmente perviven algo más de un centenar de ejemplares, refugiados mayoritariamente en roquedos. La cabra montesa y los pinos alóctonos dificultan su recuperación y, de este modo, también la de dos especies de mariposas amenazadas que dependen de él.
Fuente: Reforesta