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Un avión no tripulado es generalmente considerado como un arma militar o herramienta de vigilancia. Comúnmente conocido como un vehículo aéreo no tripulado (UAV), un avión no tripulado puede también proporcionar una solución de bajo coste y bajo impacto para los gestores ambientales y protagonizarán una revolución silenciosa que beneficia ya al medio ambiente. Los drones usados ​​para estos fines se les conoce como "eco-drones". Su agilidad y capacidad de aportar imagenes de calidad los hacen ventajosos como una herramienta de mapeo para la vigilancia del medio ambiente, aunque aún hay varios desafíos y preocupaciones que deberán eliminarse.

Al contrario que las imágenes de satélite proporcionadas por fuentes libres (Landsat, Modis), o de pago (WorldView, Quickbird), el bajo coste de la capacidad de captura de imagen de alta resolución de los  drones en general, tiene el potencial de llenar el vacío de datos entre las imágenes de satélite y la topografía del suelo. Además de la captura de la imagen, los drones pueden funcionar como un mecanismo de seguimiento en tiempo real de los eventos de desastres o de la extracción ilegal de recursos, distribuir mensajes de difusión, y recoger y transmitir datos meteorológicos.

Aún así hay unos cuantos retos asociados con el uso de aviones no tripulados, como la menor huella de imagen (área de imagen), o el limitado tiempo de vuelo, pero con una mayor exploración y pruebas de campo tecnológicas, se crearán las soluciones apropiadas.

Podríamos resumir los diversos usos de los drones en aplicaciones de campo innovadoras y aplicaciones de alerta temprana. Para las primeras, los drones tienen el potencial para complementar los esfuerzos de recolección de datos y contribuir a los ecosistemas de inventario y contabilidad. Para las segundas el rápido y fácil despliegue, y la capacidad de entrar en zonas peligrosas hacen de estos drones una herramienta beneficiosa para la recogida de datos en tiempo real sobre las condiciones atmosféricas, el mapeo de los impactos de desastres a medida que ocurren y las consecuencias.

Para finalizar señalamos los diez mejores drones para proteger el medio ambiente:

 

Airinov, mejorar las cosechas con menor impacto ambiental

La empresa francesa Airinov ha creado un modelo para cartografiar terrenos agrícolas. Con la información obtenida por estos pequeños planeadores no tripulados, el agricultor puede precisar el uso del agua, fertilizantes o pesticidas para mejorar sus cosechas con un menor gasto e impacto ambiental.

 

BionicOpter, simular el vuelo de una libélula

BionicOpter, un drone que simula el vuelo de una libélula, supone uno de los desarrollos más recientes de Festo. Esta empresa se basa en la biomímica, la ciencia que imita a la naturaleza, para crear todo tipo de drones y dispositivos robotizados, como pájaros, pingüinos, medusas, rayas o peces. La compañía ofrece varios vídeos con el BionicOpter en pleno funcionamiento.

 

Conservation Drones, ayudar a especies en peligro

Lian Pin Koh, científico del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, es pionero en el uso con fines conservacionistas de los drones. Junto a su colega Serge Wich, ha comprado varios de estos aparatos en China por menos de 100 euros para estudiar la deforestación de la selva y las especies en peligro en Asia. Koh ha puesto en marcha la iniciativa "Conservation Drones" con el apoyo de varias instituciones científicas, para promover el uso de drones de bajo coste entre más conservacionistas de todo el mundo. La página web explica las investigaciones y ofrece vídeos con los drones en acción.

 

Easy Fly, estudiar las aves pequeñas

El empleo de dispositivos de grabación y seguimiento en aves se realiza con éxito en diversas especies de gran tamaño, pero en especies diminutas no es posible. Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha estudiado al cernícalo primilla (Falco naumanni), una de las rapaces más pequeñas de Europa, con un drone "casero". Sus responsables registraron los datos del vuelo de estos animales gracias a un sistema GPS de bajo peso. Después, utilizaron un avión teledirigido, el ST model Easy Fly, para realizar el mismo recorrido de las aves y tomar fotos de alta resolución. Los investigadores explican los detalles en un artículo de la revista científica 'Plos One'.

 

Global Hawk, entender y predecir los huracanes

El drone Global Hawk forma parte de una misión de 30 millones de dólares para investigar los huracanes tropicales. Sus responsables, la agencia espacial estadounidense (NASA), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) y el fabricante de drones Northrop Grumman lo usaron hace unos meses con el huracán Nadine. Scott Braun, investigador principal de la misión, cree que con los datos recopilados se podrán mejorar las predicciones y "salvar dinero y vidas".

 

Honeywell T-Hawk, observar el desastre de Fukushima

El drone Honeywell T-Hawk se utilizó para conocer las consecuencias del accidente de la central nuclear de Fukushima. El aparato, desarrollado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EE.UU. (DARPA) sacó fotos y vídeos sin que ningún tripulante tuviera que sufrir los efectos de la radiactividad.

 

LifeSeeker, localizar personas en desastres naturales

LifeSeeker no es un drone en sí mismo, sino un dispositivo para instalar en uno de ellos y mejorar sus prestaciones. Creado por investigadores de la Universidad de Vigo, el Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia y la empresa Centum, sirve para detectar móviles de personas perdidas en la montaña o en zonas devastadas por algún desastre natural. En este vídeo explican su utilidad.

 

Nitrofirex, apagar incendios incluso de noche

Nitrofirex consiste en un proyecto empresarial español que propone "Depósitos Planeadores Autopropulsados (DPA) no tripulados". Estos drones serían idóneos para labores de extinción de incendios forestales: pueden albergar hasta 2.500 litros de agua (la mitad que un avión cisterna convencional), no llevan personas a estas arriesgadas misiones y pueden volar incluso de noche, cuando los aviones deben aterrizar aunque el fuego continúe.

 

Osprey, evitar la caza de ballenas

La ONG estadounidense Sea Shepherd Conservation Society ha llevado a cabo una novedosa campaña para luchar en la Antártida contra la caza de ballenas de buques japoneses. Sus responsables han lanzado el Osprey, un drone que les ha ofrecido imágenes y vídeos y el seguimiento detallado de los balleneros nipones.

 

RQ-14 Dragon Eye, conocer las erupciones volcánicas

La NASA ha utilizado tres drones RQ-14 Dragon Eye para sobrevolar el cráter del volcán Turrialba, cerca de San José (Costa Rica). Gracias a sus cámaras y sensores, han obtenido información sobre las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y las características químicas del volcán. Sus responsables, encabezados por David Pieri, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) han comparado los datos de satélite para mejorar la comprensión de este fenómeno y obtener mejores predicciones. Acercarse a un volcán con un avión tripulado es muy peligroso, debido a las emisiones y los movimientos del viento.

 

Fuentes: United Nations Environment Programme y Los 10 mejores eco drones para cuidar el medio ambiente.

 

 
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