El programa Cinencia, que pretende acercar el conocimiento científico a la sociedad, particularmente a la población infantil y juvenil, mediante el análisis científico de películas de renombre, entrevista en esta ocasión a la Licenciada en Ciencias Ambientales Haday López, que considera que, debido a la acumulación de residuos, la Tierra puede padecer una situación parecida a la que ocurre en la película Wall-e, que obligó a la humanidad a exiliarse en una nave espacial debido a la toxicidad del medio ambiente.
La Tierra se aproxima a un escenario parecido al que refleja la película de animación Wall-e, que obliga a la humanidad a exiliarse a una nave espacial por la devastación sufrida por nuestro planeta debido a la basura que cubre e intoxica toda su superficie. En esta edición de Cinencia, el doctor Gorostiza entrevista a Haday López Portillo, diplomada en Estudios Avanzados del Doctorado en Ecología y Medioambiente de la Facultad de Biología de la UCM, y Licenciada en Ciencias Ambientales.
La trama de la película cuenta la historia de un robot de la línea Wall-e, diseñado para limpiar la basura que cubre a la Tierra después de que fuese devastada y abandonada por el ser humano en un futuro lejano, fiel reflejo de una situación que podría convertirse en realidad en nuestro planeta. Según el Banco Mundial, en 2010, 3,5 millones de toneladas de residuos urbanos terminaron en el medioambiente. Para el AÑO 2025 se esperan 6 millones de toneladas de residuos urbanos al día.
En 2010 cada español generaba al día una media de 2,13 kg de basura en su domicilio. Ese mismo año se estima que se vertieron 260 millones de toneladas de plástico. Si sumamos en 2010 los 49,42 millones de toneladas de residuos industriales, 1,4 millones de toneladas con la categoría de tóxicos y peligrosos, la basura tóxica alcanza volúmenes alarmantes.
Residuos nucleares que no se degradan en miles de años, contaminantes procedentes del fraking, residuos de aparatos electrónicos, hidrocarburos, plásticos que permanecen en el ambiente entre 100 y 1000 años etc., arrojan una imagen de una Tierra similar al planeta de Wall-e.
Islas de plástico como la del Pacífico o la isla de 250 km de largo que se forma periódicamente en el Mediterráneo, el mar más contaminado del mundo, tienen impactos terribles sobre la biodiversidad. La contaminación además genera enfermedades muy dolorosas.
Para la ambientóloga Haday López Portillo, lo que el sistema productivo fábrica o deja de fabricar, cómo o dónde lo deposita etc., no es “natural”, sino una elección humana que se puede cambiar. Sólo otro modelo social en el que las fuerzas productivas estén controladas por la mayoría de la población y no por los intereses de pocas corporaciones (como pasa en la película), que explotan a las personas y expolian los recursos naturales, hará posible un planeta distinto al de Wall-e.
Por poner un ejemplo, la Tierra produce el doble de alimentos de los que se necesitan para alimentar a toda la población y en un 80% los producen pequeños agricultores con técnicas tradicionales. La agroecología, según Haday, es la única manera de alimentar a la humanidad, ya que la agricultura industrial es un negocio de unas pocas empresas que destruye a la naturaleza y al hombre.
Fuente: modificado de Tendencias21.net