Tres de las mayores petroleras que operan en España, Repsol, Cepsa y BP, desvelaron la pasada semana sus estrategias para encaran el proceso de descarbonización de la economía. Aunque todas se adentrarán en la generación de electricidad con renovables, aclararon que los hidrocarburos seguirán teniendo un peso muy relevante en la matriz energética de los próximos años.

Todas ellas reclaman que las autoridades, a la hora de regular el proceso, apliquen principios de neutralidad tecnológica y tengan en cuenta la necesidad de mantener la competitividad de la economía en un entorno global en el que no todos los países avanzan a la misma velocidad en el proceso de descarbonización. Por eso han pedido que se busque una transición coste eficiente, en la que se consiga la máxima reducción de CO2 al mínimo coste.

Igualmente, miran con preocupación el futuro a largo plazo de las refinerías en Europa, por la competitividad y la sobrecapacidad global en la actividad. No obstante, las instalaciones españolas son de las más eficientes y rentables del continente -donde ya se han producido cierres-, gracias a la inversión de 6.000 millones de euros que recibieron entre 2008 y 2012. En un futuro, las refinerías procesarán crudo y otras materias primas (biomasa en su mayoría), para producir numerosos productos, incluido el hidrógeno, y estarán mucho más integradas en su entorno.

Repsol

María Victoria Zingoni, directora general de Negocios Comerciales y Química de Repsol consideró cuatro ámbitos clave para la compañía: reducción de las emisiones de metano, reducción de las emisiones de carbono en los procesos industriales, el transporte, y las tecnologías de captura, utilización y confinamiento del carbono.

En el ámbito de la exploración y la producción, destacó su compromiso de reducir las fugas de metano (un gas 25 veces más potente que el CO2 a la hora de producir el efecto invernadero) y el Flaring, es decir, el gas que se quema por seguridad en las antorchas de las instalaciones: la compañía es signataria de un acuerdo impulsado por el Banco Mundial y tiene el objetivo de reducirlo un 25% en 2025 y un 50% en 2040.

En el ámbito del refino y la química señaló que los procesos de ahorro y eficiencia energética están en su punto de mira, tanto por su impacto económico -representan el 60% del coste de las instalaciones-, como por la reducción del impacto ambiental: desde 2005 ha disminuido sus emisiones de CO2 en 4,5 millones de toneladas y tiene como objetivo reducirla un 50% adicional para 2025. Lo están consiguiendo gracias a la incorporación de equipos eficientes y se orientan considerando un precio interno a la tonelada de CO2. También ha recordado que ha sido la primera petrolera en emitir un bono verde -de 500 millones- para financiar 300 iniciativas de corte ambiental.

En relación al transporte, insistió en la necesidad de analizar todos los tipos de movilidad, mencionó la incorporación de biocarburantes -actualmente están en un 7% del total, pero deben crecer al 8,5% este 2019 y al 14% en 2030- y en la necesidad de modernizar el parque de vehículos español, muy avejentado y contaminante, atendiendo al ciclo de vida completo de vehículos y fuentes de energía. Avanzó que cerrará el año con 250 puntos de recarga para vehículos eléctricos y que también apuesta por otros combustibles, como el GLP o el Gas Natural comprimido, sobre todo para el transporte pesado.

Sobre su nueva actividad como generador y comercializador de electricidad tras adquirir el año pasado activos de Viesgo, apuntó que forma parte de su estrategia de ser proveedor integral de energía: ya cuenta con 3 GW de potencia, quiere seguir creciendo en eólica y solar.

Cepsa

Héctor Perea, director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Cepsa, incidió en su condición de empresa global y en el modo en que esa perspectiva le lleva a pensar en primer lugar en la eficiencia y en mejorar su oferta tradicional de productos petrolíferos, y en segundo lugar en incorporar nuevas alternativas al modelo de negocio.

Así, en relación a la eficiencia apuesta por la tecnología de vanguardia y la digitalización como herramientas indispensables para alcanzar sus objetivos. Aquí se detuvo en la importancia que tienen los productos químicos para la compañía, como el LAB (materia prima básica para detergentes biodegradables) o el fenol (base de numerosos plásticos de última generación), como uso alternativo para la combustión del petróleo, y señaló el crecimiento que está experimentando con una nueva fábrica en Abu Dabi.

Y en relación a las nuevas tendencias también se detuvo en los biocarburantes, apuntando que ha comprado una planta para su refinería de Algeciras, y en la entrada en el negocio de renovables: pronto inaugurará su primer parque eólico en España, cuenta con un acuerdo con Masdar y entre sus planes figura invertir 500 millones en los próximos años. Anunció que va a desarrollar, junto con Ionic, la incorporación de puntos de recarga rápidos, de 300 kW, en breve.

BP

Luis Aires, presidente de BP España, señaló que su compañía mantiene un principio de prudencia, centrado en el mantenimiento y el crecimiento del negocio actual y en la incorporación de nuevos modelos de negocio alrededor de tecnologías emergentes. La empresa invierte unos 500 millones al año en estos negocios, una parte comparativamente pequeña comparados con los 15.000 millones que debe invertir en el negocio tradicional, sin contar operaciones de crecimiento inorgánico, como los 10.500 millones que destinó el año pasado en adquirir activos en EEUU.

En todo caso, la empresa tiene el compromiso de mantener sus emisiones sin renunciar al crecimiento del negocio de hidrocarburos (desde 2019 los objetivos de los equipos incorporan la reducción de las emisiones), gracias a las mejoras tecnológicas de los productos puestos en el mercado, desde lubricantes y aditivos hasta hidrógeno o biocombustible en el queroseno de aviación.

También se adentra en los nuevos negocios. En renovables tiene la filial Lightsource BP y es líder en recarga eléctrica en Reino Unido, con una línea de crecimiento que espera exportar pronto al resto de países europeos en los que tiene presencia. Pero prefiere pequeñas inversiones en start up, probando tecnologías y soluciones (ya financia unas 40) que apostar por una única opción. Augura gran potencial de negocio en la gestión de flotas de vehículos conectados, en las plataformas de movilidad y en los servicios logísticos de la última milla, gracias a la tupida red de las estaciones de servicio.

 

Fuente: elEconomista