Éxito del proyecto pionero que hace andar los coches de Chiclana con aguas fecales
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En una de las pelis de Mad Max, los habitantes de una ciudad se abastecían de combustible que obtienen de los excrementos de cerdos. En esta historia son los excrementos humanos los que mueven los vehículos. Capaces de mover un coche o una ambulancia durante 18.000 kilómetros al año, las heces son una mina de combustible limpio, barato y sin olores... siempre que estén tratados y transformados en biometano, claro. Esta es la experiencia pionera que ha conseguido transformar aguas fecales en un eficiente combustible ecológico en Chiclana.